Os relato la terrible pesadilla que estamos pasando con este sitio:
Lo único que tienes son las vistas y se aprovechan de ello. Cuando vas a visitarlo te atiende una señora llamada Natalia Jiménez que se comporta contigo como si no quisiese que te casases allí, luego para poder localizarla te cuesta millones de llamadas y correos; si quieres saber algo más o quieres que te aclare alguna cosa es una odisea.
Posteriormente viene la entrega de la paga y señal que hace uno inmediatamente porque si no "te lo quitan".
Casualmente, una vez entregado ese dinero las condiciones y cuestiones habladas tanto por teléfono como de forma verbal empiezan a cambiar (menús, detalle por parte de la empresa, no se amoldan a disponibilidad en cuanto a la degustación, dj, etc...) Empiezan a poner absolutamente pegas por todo lo que tú quieres ir haciendo con toda ilusión del mundo. Hasta que llega el momento que decides no seguir tragando y optas por tener que cancelar la boda e irte a otra localidad. Ese, es el momento en que la pesadilla se pone aun peor pues empiezan a dar largas y a decirte que se estudiará el caso y siguen sin ser claros con uno. En ese momento de desesperación es en el que nos encontramos ahora mismo, con nuestra iglesia cancelada y en manos de esa tal Natalia Jiménez para que nos devuelva nuestros 1500 euros, que son nuestros por derecho. Y todo esto causado por la desidia profesional, incumplimiento de condiciones pactadas verbalmente que caracteriza a esta comercial del no tan encantador Carmen de los Chapiteles.
Al parecer desde este 2016 está gestionado por el grupo ABADES y es una pena como lo están haciendo, desapareciendo el trato personalizado, cariño, atento y profesional de hace algunos años.
De verdad que a todos aquellos novios que piensen celebrar su boda allí, les aconsejo que se lo piensen dos veces y no piquen como lo hicimos nosotros.