Pues él de Madrid, yo de Barcelona. Los dos jugábamos a un juego de rol y sabíamos de la existencia de cada uno pero sin más. Él vino a Barcelona de vacaciones y quedamos para salir una noche de fiesta. Risas, fiesta, alcohol... en fin.
Él volvió a Madrid y dos años más tarde volvió de vacaciones. Decidimos lanzarnos a la aventura y hasta el día de hoy