Todavía nos estamos pellizcando.
Desde hace tres días somos marido y mujer, y sin lugar a dudas ese fue el día más feliz de nuestras vidas.
Durante un año de preparativos, vivimos llenos de incertidumbre y miedo por culpa de la pandemia. Sin embargo, todo salió mejor de lo que hubiéramos imaginado en las mejores circunstancias. De que fuera todo tan maravilloso tuvo mucho que ver el hecho de que nuestro día especial se celebrara en Campo Aníbal. Y es que hasta dos meses antes no iba a ser así. Todavía recordamos la llamada para decirnos que estaba libre nuestra fecha. ¡Cambio radical! A partir de ese momento todo ha ido rodado. Parecía que nos conociera de toda la vida. Su dedicación, empatía y cariño hizo que nos sintiéramos seguros, tranquilos y felices. Literalmente nos dejamos en sus manos. Durante los dos meses que tuvimos para prepararlo con ella, todo lo hacía fácil.Cada reunión ha sido como si estuviéramos en casa. El lugar es precioso, la cocina gourmet propia (espectacular), pero es que lo que le hace un sitio de 10 es su servicio, con su personal. ¡Qué afortunados y especiales nos hemos sentido!No nos olvidamos de el metre, nuestro metre, ¡excelente!
Seguimos recibiendo mensajes de nuestros invitados, dándonos las gracias por el día tan espectacular que pasaron.
Hoy nos toca a nosotros, ¡GRACIAS CAMPO ANÍBAL!