Nuestra historia juntos empezó en la Semana Santa de 2016 en Lugo. Yo había teñida una relación que acabó muy mal. Llevaba cuatro años soltera y no quería saber nada de chicos, estaba muy feliz y tranquila estando sola. Cuando hablaba de novios con mis amigas, siempre les decía que la única opción de que volviera a estar con alguien como pareja, tendría que ser porque fuera un chico muy especial y que yo considerara que es una persona por la que merece la pena arriesgarme. Y así fue, desde la primera vez que lo vi me llamó la atención. Su forma de hablar, de reír, y para qué engañarnos me alegró la vista. Nos vimos ese día y estuvimos juntos, ya que teníamos una comida de pandilla y teníamos amigos en común. Al día siguiente, yo me fui a Orense y el a Pontevedra. Yo no tenía su numero, pero el le pidió el mío a un amigo suyo y me escribió por wassap. Me vino a ver a Orense el fin de semana siguiente. Y desde entonces no nos separamos.
En el momento en el que lo conocí supe que merecía la pena y, hoy por hoy, sé que no me había equivocado. Con el puedo ser como soy, y me hace ser más feliz de lo que ya era.
Porque mi felicidad no depende de mi pareja, sino que mi felicidad es correspondida por mi pareja.