Qué decir de Luis Cebrián, la verdad, no se muy bien por donde comenzar, si por su arte, su paciencia o su simpatía.
Todo estaba preparado para casarnos por la iglesia, teníamos el sitio, el cura... Pero mis neuras salieron a relucir unos meses antes de la boda, cerraba los ojos e imaginaba mi boda con alguien como Luis como maestro de ceremonias y en una iglesia esto no podía ser. Al final nos casamos en La Finca El Cantal.
Cuando le conocí sentí un flechazo a primera vista, tenía que ser él, fue el primero y el único al que consultamos, no quería otro y mi mujer tampoco. No puedo negar que conocer a Luis para mi fue un antes y un después en llevar la ilusión de la boda a otro nivel, buscaba ese toque en mi ceremonia, esa mezcla de humor sin salir de la seriedad que tienen este tipo de cosas.
Mientras pensaba en escribir esto, también pensaba en añadir un video de como fue, pero no, no creo que sea lo correcto, creo que ver un video de una ceremonia de Luis es perderte la sorpresa, y pese a que cada boda es un mundo, es como ir a un espectáculo de magia sabiendo con anterioridad como se hacen los trucos, pierde esa ilusión y ese encanto, y para mi, lo que hace Luis, es magía.
Él fue la persona que me llamó horas antes de la ceremonia para decirme que me tranquilizase. En los meses que preparamos la boda ya se dio cuenta de que soy “un pelín nervioso e intenso” y justo cuando se complicaron las cosas (retraso del autobús de los invitados) fue él el que se acercó para decirme “PIENSA CUANTOS NOVIOS ESTÁN ESPERANDO AHORA A SUS NOVIAS PORQUE SE HA RETRASADO EL AUTOBÚS” haciendo mención a una escena de mi película favorita, Amelie.
De la ceremonia en sí, no puedo decir nada más que cosas increíbles. Fue una mezcla de humor, lágrimas y romanticismo, todo mezclado. Hizo que la ceremonia fuese totalmente personal. Cuando acabó todos se quedaron enamorados de como había conseguido convertir la unión de dos personas en algo más y aún nos recuerdan la ceremonia pasados los meses.
Cuando terminas, solo te dan ganas de decirle GRACIAS, y yo ya he dicho que el día que me muera, no quiero que ningún cura hable en mi funeral, quiero que hable Luis.