Creo que elegí la mayoría de B; porque, como Anastasia y el señor Gray, nosotros comenzamos nuestra relación como un juego. El juego se volvió mucho más precisamente en nuestro momento más romántico.
Las que me seguís, aunque no escribo muy a menudo, conocéis un poco mi historia; de como le pedí yo a él que se casara conmigo, o nuestra idea de escoger alianzas de madera...vamos, que no somos convencionales. Pero es que nuestra historia no es convencional, al igual que la ciudad en la que nos conocimos: Londres.
Un día salimos al centro, nos fuimos al London Eye de noche y todos los árboles del paseo estaban iluminados con bombillitas azules. A lo largo del río normalmente se colocan muchos malabaristas, ilusionistas, músicos....y nos fuimos parando para deleitarnos con el arte y las distintas variedades de cada artista. Luego nos subimos en un tío vivo en el cuál nos reímos y gritamos como niños. Al bajar nos comimos unos helados enfrente de la pista de hielo y terminamos el paseo cogidos de la mano, pasando por todas esas luces azules que se reflejaban en nuestras miradas.