Estaba yo en el gimnasio, dándole duro a la cinta, corriendo como si no hubiese un mañana, resudada y toda roja.
Entonces apareció él por la puerta, con una rosa en la mano y la sonrisa más bonita del mundo.
Casi me caigo de la cinta del susto-sorpresa que me llevé! Si esq es un encanto! Aunque casi muero de la vergüenza! jajajajaja!