Esta vez pensé en una solución para llevar a las mesas del restaurante un poco del color tipico elegido por la pareja, que sirva como tarjeta de lugar, y luego, el invitado (en este caso, Lucilla) puede conservarlo.
Podemos escribir a mano o imprimir en papel fino con una impresora de casa. Luego, pegamos este texto en un cartoncito del color preferido.
Para calcolar la medida, podemos hacer una prueba con el empleado del restaurante.
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