Hace unos 10 años, él era entrenador de fútbol de mi sobrino. Yo tenía pareja (y él también), aún así no pude evitar fijarme en él. Recuerdo que mi hermana y yo lo comentábamos y me daba la risa tonta cada vez que lo veia. Nunca le dije nada.
Años después, en 2012, tras romper con esa pareja, me fui a Londres a vivir, pero siempre volvía por navidad.
En uno de esas visitas, el día de la cabalgata, vi a un chico saludar a mi hermana y les pregunté a mis primas “¿quién es ese hombre y por qué no es mi marido?”.
Cuando mi hermana me dijo quién era, le recordé. Me había quedado embobada por el mismo chico dos veces sin haberle reconocido.
Le juré a mi cuñado que si me conseguía su Facebook me haría del Madrid (y aunque lo consiguió jamás me hice del Madrid jajajaja). Le agregué, empezamos a hablar, hasta que la distancia, las dudas y mil otras cosas me hicieron dudar. Para entonces era tarde para él; se había enamorado. Así que cogió un vuelo por sorpresa y se plantó en Londres. Con una mochila, sin dinero y sin idea ni de saludar en inglés. Le pedï que fuésemos amigos y fui a recogerle. Pasamos un fin de semana de turistas pero yo seguía con mis dudas.
Meses después le detectaron cáncer a mi padre por segunda vez. Volví a España.
Nos vimos un par de veces y no pudimos evitarlo. Ya estábamos enamorados. Ahí empezó todo...y aquí estamos, prometidos y deseando darnos el Sí Quiero.
♥️
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