Nosotros llevamos varios años viviendo juntos y yo no es que le haya dado nunca mucha importancia al tema de la boda, así que me sorprendió muchísimo cuando hace un par de meses, en una sala de la torre más alta del castillo de Bran, en Rumanía y aprovechando que nos habíamos quedado solos un momento, mi novio hincó rodilla y sacó un anillo precioso. ¡Fue una sorpresa total!
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