Escribir esto está siendo especialmente duro incluso aunque no sea con mis manos, así que no me voy a extender, pero os he cogido cariño a lo largo de estos meses y quería despedirme de vosotras.
Mi marido murió el pasado viernes 12 de una arritmia fulminante con 31 años. Simplemente se desmayó y no volvió a despertar. Es algo genético e imposible de predecir. Para mí ya nada tiene ningún sentido.
Quiero deciros que os olvidéis de todo, disfrutad de vuestro tiempo juntos y ya llegará, nunca más vais a volver a este momento, nunca más vais a estar buscando vuestro primer hijo y si no llega tampoco pasa nada. Os tenéis el uno al otro y eso es lo único que importa.
Os deseo lo mejor, hasta siempre.