Rafa y yo nos conocimos en 2009 cuando yo tenía 15 años y él 17 años y desde ese día nunca nos hemos separado. Hace cuatro años dimos un pasito más y nos fuimos a vivir juntos de alquiler.
Yo siempre le preguntaba que cuando nos casaríamos, que mi ilusión era casarme y que mi abuelo me llevara del brazo. En 2017 mi abuelo murió y esa ilusión por casarme se fueron poquito a poco. Decidimos dar un paso más y comprarnos nuestro piso. Yo ya tenía todo lo que necesitaba.
En Noviembre de 2018 hicimos nuestro gran viaje a Roma, no se el porque pero era mi ciudad favorita aún sin haber estado en ella. El sueño de mi vida siempre había sido que me pidieran matrimonio en la Fontana di Trevi (cosas que solo crees que le pasará a alguien que no sea a ti)
Nuestra semana de viaje iba pasando y llegó el último día. Hicimos nuestra ruta que teníamos marcada para cada día y así no perdernos nada de la hermosa Roma. Cuando ya estaba anocheciendo me dijo de volver a la fontana y yo le decía que quedaba muy lejos y que habíamos ido todos los días pero volvía a insistir. Llegamos allí y estaba como de costumbre abarrotada de gente, venga la última foto que ya mañana nos vamos, me dice espera busco a alguien que nos eche una, creyendo que era una foto y no un video me pongo muy mona a posar y cuando miro para el lado esta de rodillas con el anillo en la mano.
El no decía nada yo solo podía preguntar que si era verdad y el me decía que si, estaba tan nervioso que el pobre ni me hizo la pregunta. Solo podía abrazarlo y sonreír. Cuando nos sentamos después de todo a tomarnos una copa y celebrarlo ahí si me dijo si me quería casar con el y mi respuesta obviamente era un SIII.
Sé que mi abuelo estaría orgulloso de todo lo que hemos conseguido en este tiempo, que tengamos nuestro trabajo fijo, nuestro piso y demos este gran paso. El lo quería mucho y se que seguro está muy feliz.
Este fué el momento de la pedida.