Hay tantísimos motivos por los que Enrique es un súper novio que es difícil decidir por dónde empezar. Pero... ¡allá vamos!
Enrique es EL súper novio porque es sensible, cariñoso y cercano. Porque es tranquilo y me tranquiliza. Porque es el mejor violinista del mundo y me toca el alma con cada nota. Porque me ayuda a crecer, porque aprende de todo. Porque es observador y detallista. Porque conoce cada rincón de mí. Porque me entiende, porque entiende todo. Porque da tanta confianza que a veces no sé dónde termino yo y donde empieza él. Porque me da seguridad, me apoya, me empuja en todos mis proyectos. Porque lo primero que hace cada día cuando nos encontramos después de trabajar es darme un abrazo, largo, delicado y cálido. Porque si canto me sigue la canción y si lloro me da su hombro. Porque respeta todo, porque nos mimetizamos. Porque cantamos a gritos y sonreímos juntos a la vida más de lo que nunca pudimos hacerlo por separado. Porque llegó de la manera más inesperada y desde el primer momento supimos que se quedaría para siempre. Por su amistad con mi hermano, por los abrazos con mi padre y lo que se ríen mi madre y él juntos. Por cómo ha conquistado a todo mi mundo. Por su apoyo y su manera de calmarme. Porque es capaz de cualquier cosa por mi felicidad y lo demuestra a diario. Por cómo asoma su colmillo cuando sonríe. Por su inteligencia, su empatía y su conversación. Por su espíritu y su espiritualidad. Por sus miradas, sus caricias y su forma de pronunciar la "R". Por cómo nos comunicamos sin palabras desde que nos vimos la primera vez. Porque a la semana de conocernos y enamorarnos me regaló las llaves de nuestra casa. Porque vivir con él es tan fácil que cuesta entender cómo hacíamos antes el uno sin el otro. Por el callo que le deja el violín en el cuello y cómo esconde la cabeza si le muerdo la nariz. Por las noches en vela mirándonos y sonriendo. Porque todo en él es perfecto, hasta su pelo despeinadísimo al despertarse y esa parte en la que no le sale barba. Por cómo dobla la rodilla cuando se funde con el violín e improvisa maravillas que el mundo necesita escuchar, y es que, cuando la dobla, sabes que es el corazón el que se ha apoderado del arco y la magia que sale en forma de notas es el mejor de los regalos que vas a tener nunca.
Porque es tan divertido como sensible, profundo y cariñoso. Porque me cuida y se deja cuidar. Porque nunca me había reído tan alto ni había desnudado mi alma hasta el último de sus rincones.
Porque elegir foto ha sido tremendamente difícil, ya que todas con él son preciosas.
Y, porque, juntos, somos Enrique y Ana. Y tenemos una versión del disco chino que promete ser la canción del verano de 2017.
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