Nos casamos hace poquito y contratamos con ellas los siguientes servicios: decoración, diseño gráfico y coordinación de ese día. La verdad es que fallaron tantas cosas que no sabemos ni por dónde empezar. De hecho, podría pasarme varias horas describiendo con detalle lo pésima que ha sido nuestra experiencia con ellas, así que para resumir he seleccionado 7 puntos especialmente negativos:
1. Desaparecen y aparecen cuando quieren. No fuimos unos clientes especialmente pesados, pero hubo muchas ocasiones en las que les escribíamos con comentarios, dudas, etc. y no respondían. Hubo varios mensajes que jamás llegaron a responder. Sin embargo, cuando ellas necesitan algo de ti como cliente te escriben y te llaman las veces que haga falta hasta que les respondes.
2. Lo dejan todo para el último momento. Lo hacen todo al final y con prisas. Estuvimos mucho tiempo sin saber absolutamente nada de ellas y, cuando solo faltaban 5-4 días para nuestra boda, aparecieron de repente para organizar y para preguntarnos un montón de cosas. Hubo ocasiones en las que ellas nos tenían que entregar cosas, como por ejemplo, las invitaciones y unos carteles para reservar algunos asientos en la iglesia. Pues en ambas ocasiones tuvimos que estar detrás de ellas para que nos hicieran la entrega. En una reunión que tuvimos en marzo les dijimos que queríamos empezar a repartir las invitaciones en junio. Nos dijeron que no había problema, porque en dos semanas nos las iban a entregar ya terminadas. Al final nos las dieron a finales de junio, después de haber estado detrás de ellas. Recuerdo que tan solo dos días antes de que nos las dieran, me llamaron para preguntarme por el diseño. Vamos, que se pusieron a trabajar en las invitaciones 2-3 días antes de entregarlas y, encima, fuimos al límite porque se habían esperado hasta el último momento para hacerlo todo. Con los reservados de la iglesia ocurrió lo mismo. Quedamos un día con ellas para intercambiar varias cosas: nosotros teníamos que darles a ellas unos marcos y ellas nos tenían que dar a nosotros los reservados para la iglesia. Nosotros cumplimos y llevamos lo que nos tocaba, pero ellas se presentaron sin los carteles de los reservados. Lo cierto es que NUNCA cumplían. Al final, nos vimos a 3-4 días de la boda teniendo que estar detrás de ellas para que nos dieran los reservados.
4. No revisan su trabajo y te entregan cosas con errores. Cuando por fin conseguimos que nos dieran los reservados y nos pusimos a mirarlos en casa, nos dimos cuenta de que faltaban varios de ellos y de que otros estaban mal escritos y tenían errores. También había algunos repetidos. Vamos, un desastre. Tuvimos que llamarlas para avisarles de los errores y, como solo faltaban unos pocos días para la boda, quedaba muy poco margen para solucionarlo. Esos pocos días que faltaban tuvimos que estar detrás de ellas para que solucionaran el problema y nos pusieron como excusa que "la máquina de la imprenta estaba rota" (como si no hubiera mil establecimientos a los que acudir para hacer la impresión...).
5. No se adaptan a ti como cliente, sino que te tienes que adaptar tú a ellas. Mi marido y yo tenemos bastante flexibilidad horaria, pero a pesar de eso hubo alguna ocasión en la que no nos venía nada bien reunirnos cuando ellas lo proponían y dónde ellas nos proponían, así que les ofrecíamos alternativas. Sin embargo, al final teníamos que vernos siempre a la hora y en el sitio que ellas querían, porque en ningún momento intentaban negociar una reunión que fuese bien para ambas partes. Básicamente, no se ponen en el lugar del cliente, ni le facilitan las cosas al cliente. Ellas están primero y eres tú quien tiene que preocuparse y adaptarse a la disponibilidad de ellas.
Otro ejemplo: nosotros compramos unos marcos dorados para ponerlos en las mesas de los invitados. En todo momento, dijimos que queríamos recuperarlos después de la boda y que los iríamos a buscar el lunes por la mañana tras la boda. Cuando mi marido fue a buscar los marcos al lugar de la celebración, le dijeron que las Federicas se los habían llevado. No entendemos que se los llevaran puesto que sabían perfectamente que queríamos conservarlos y que los íbamos a ir a buscar. Tuvimos que decirles que nos los devolvieran y nos dijeron que la semana siguiente nos los devolvían sin problema. Pasó toda la semana siguiente y, como no sabíamos nada de ellas, tuvimos que volver a preguntarles. Sin ninguna vergüenza, nos dijeron que fuéramos a buscarlos a su almacén (que nos queda muy lejos) un día que a ellas les viniera bien. No solo se llevaron algo que no debían, sino que encima pretendían que nosotros hiciéramos malabares con nuestra agenda para recuperar los marcos. Les dijimos que no íbamos a hacer eso y, al final, sí nos facilitaron la entrega.
6. No les importa el bolsillo del cliente. En todo momento, las Federicas hicieron una labor intermediaria entre nosotros y la floristería. La floristería nos hizo un presupuesto de casi 6000 € y nosotros nos negamos a pagar ese dinero. Les dijimos claramente cuál era nuestro presupuesto y les dijimos que se adaptaran a él. Por un lado, la floristería terminó rechazando nuestra boda porque no quería negociar el presupuesto y terminamos contratando a otro proveedor. Por otro lado, las Federicas calificaron nuestro presupuesto como "inusual" y "ambicioso", porque consideraban que era muy bajo. Insistieron todo lo que pudieron para que nos gastáramos más dinero en flores, pero nos negamos en todo momento a aumentar el presupuesto que teníamos para las flores de la celebración. Cuando llegó el día de la boda nos dimos cuenta de que fue lo mejor que pudimos hacer, porque la decoración floral fue PERFECTA. Ni muy pobre, ni excesiva. Tenemos muy claro que gastarnos casi 6000 € en flores hubiese sido totalmente excesivo y está claro que hubiese sido un error. Esto demostró que las Federicas nos asesoraron pésimamente, entre otras cosas. Nos alegramos mucho de habernos mantenido fieles a nuestro presupuesto y de no habernos dejado llevar por lo que ellas nos dijeron.
7. No cumplen. La primera vez que nos reunimos con ellas nos dijeron que, la semana de la boda, organizaban una reunión con el resto de los proveedores para coordinarse entre todos. Esa reunión jamás se llevó a cabo. Nos enteramos porque cuando llegó la semana de la boda, los proveedores contactaron con mi marido y conmigo para preguntarnos varias cosas. Cuando les preguntamos por las Federicas, nos dijeron que no habían sabido nada de ellas. Le preguntamos abiertamente a las Federicas si al final se iban a reunir con los demás proveedores esa semana y jamás nos respondieron. Además, el día de la boda fueron las primeras en irse. Hubo un momento en el que los videógrafos nos preguntaron dónde estaban las Federicas para hablar algo con ellas y tuvimos que decirle que ya se habían ido, porque efectivamente hacía rato que ya se habían marchado.
Estos son algunos puntos negativos de haberlas contratado. Normalmente no ponemos opiniones de este tipo, pero a mí me hubiera gustado saber estas cosas antes de contratarlas y espero ayudar con esto a otras parejas.
