Hola! Somos una pareja de 25 y 26 años que lleva junta tan solo 15 meses. Pero llevando tan poquito, hemos decidido casarnos después del verano de 2020. Somos la noche y el día, en absolutamente todo, tanto que cuando nos conocimos Adrià no tenía claro el tema de casarse y tener hijos y en cambio, yo (Andrea), tenía claro que me encantaba la idea. Pero todo cambia cuando conoces a alguien que te mueve los esquemas y te hace feliz...
A los 3 meses de estar juntos, después de una noche de balneario, estaba yo recién duchada y con una toalla enrollada en el pelo (con muy poco glamour😝) me llevé la sorpresa de que mi novio me comenzó a decir lo enamorado que estaba y las ganas que tenía de estar conmigo. Así que me sorprendió preguntándome si me quería casar con él.En ese momento, Yo no sabía si el bromeaba o lo decía en serio, pero por si acaso no tardé más de 2 segundos en decir que ¡SI!.
Se lo comunicamos a los más allegados y muchos se alegraron aunque otros también encontraron a faltar el anillo. A Adrià le supo mal no haberlo hecho de manera tradicional, pero es que él tampoco lo había planeado, había salido así de imprevisto. En ese momento nos hubiera encantando empezar con los preparativos de la boda, pero quedó en un segundo plano, ya que la madre de Adrià falleció 4 meses después. Después de ello, ya no pensaba en comenzar los preparativos, sino que prefería dejar su espacio a Adrià.Hasta que llegó 7 de junio, fuimos a cenar con un grupo grande de amigos y en media cena, Adrià sacó una caja del bolsillo y me preguntó si me quería casar con él. Estaba tembloroso, el solo hacía que mirarme a los ojos esperando mi respuesta y yo taaaan feliz le dije de nuevo que SÍ! Con un anillo perfecto que parecía estar hecho para mí. Ahora solo nos queda esperar a ese día para ser -Marido y mujer-❤
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