Mi pedida: sarita y álvaro

Ya que hoy ha sido un día triste, voy a animarme a contar como fue mi pedida. No voy a adornarla porque no fue lo que la gente entiende por "perfecta" y eso es lo mejor, porque nosotros somos así, nos equivocamos, somos un poco torpes, no tenemos un gran presupuesto... Pero somos nosotros y con eso basta.Bueno, yo le decía a mi chico que no me pidiera que me casara con el, que no quería hacer lo que se esperaba que hiciéramos y que todo el mundo hace... A la vez, en muchas ocasiones en las que nos hemos encontrado en algún lugar bonito o día especial, me imaginaba que me lo pedía y me daba un poco de pena cuando pasaba el día y veía que no lo había hecho. Y así soy yo; indecisa, emocionalmente inestable, complicada, imposible de entender, no se lo que quiero... Por suerte con el siempre lo he tenido claro. El es mi única evidencia. Bueno, en el verano de 2.014 preparamos un viaje a Tenerife. Puesto que yo soy amante de la montaña y el senderismo, mi chico pensó que pedirme matrimonio en el punto más alto de España sería romántico además de especial por el significado que tiene para mi la montaña (es mi vía de escape, soy toda felicidad subiendo montañas). Pues se puso a ahorrar sin que yo supiera nada, claro. Fue y me compró un diamante engarzado en un anillo de oro blanco (el sabe que siempre me ha gustado el clásico solitario con un diamante discreto) y se lo metió en la maleta. El segundo día de nuestra estancia en Tenerife teníamos la reserva para subir hasta arriba del Teide (necesitas un permiso). Yo no podía dejarlo para mas tarde porque no iba a poder disfrutar de la isla tranquilamente viendo el Teide de fondo y son haberlo subido! Así que lo preparamos todo para ir el segundo día por la mañana. Nos levantamos muy pronto, nos pusimos las botas de andar y los pantalones especiales de senderismo, unas mochilas y nos fuimos al Teide con nuestro coche de alquiler. Por el camino se me ocurrió mirar en la mochila para coger el móvil móvil la cámara y hacer una foto y noté algo... Vi la.caja pero no quise decir nada, pero me entró la risa. Mi chico me decía enfadado que por qué había mirado en la mochila... JaJaJa!!Subimos el.Teide (yo lo sabía y a la.vez no lo sabía. Igual no quería hacerme ilusiones o me esforzaba en olvidarlo porqe quería que fuera inesperado). Llegamos arriba del todo y había una pareja de chicas muy majas con las que estuvimos conversando un poco. Nos hicieron un par de fotos y nosotros a ellas y se fueron. Nos quedamos solos. Me puse nerviosa. Le di la espalda y me quedé contemplando el cráter, intentando centrarme en lo increíble del lugar. Entonces me dijo: Cielo... (un gran discurso con el que no pude parar de llorar)... ¿quieres casarte conmigo?... Recuerdo sus nervios, el temblor y el sudor de sus manos, el olor a azufre, mis lágrimas, las.ganas que tenía e memorizar ese instante, ese sabor y esas palabras. Mi chico, el amor de mi vida... Unos años atrás sólo era un extraño con el que empecé a hablar un día cualquiera... Y lo tenía delante, arrodillado, y pidiéndome que me casara con el... compartir nuestras vidas... formar una familia... recorrer cada día de nuestras cidas juntos... Es algo para pensárselo!! Pero era el... era yo... ¡éramos nosotros! Sobraba todo!! Sobraban las palabras, el discurso, el anillo, el gesto de ponerse de rodillas!! Iba a pasar igualmente porque eramos nosotros. La respuesta no fue tan obvia como aparenta. Le dije que si, por supuesto, pero con un pero. "Si, pero cuando termine la carrera".Tengo que decir que volví al hotel con unos pantalones menos (de la emoción no miré donde me sentaba y me senté sobre el azufre. Los pantalones se quemaron) pero con un anillo en mi mano izquierda (donde hoy todavía lo llevo y donde siempre lo llevaré) y con la promesa de una vida juntos.Es mi pedida. He leído mejores y peores. Pero esta es la mía. No la.cambio por ninguna otra. Porque estos somos nosotros. Han tenido que pasar 3 años para poder cumplir esa promesa pero los sueños a veces se hacen realidad. El nuestro se cumplirá en 3 meses y construiremos juntos nuevos sueños.