Buenas, no es por crear polémica pero he leído en varios debates que es egoísta pensar en celebrar nuestra boda en 2020. Yo voy a explicar mi planteamiento:
Si Sanidad me lo permite, me casaré en 2020 venga quien venga. ¿Por qué? Porque a mi no me roba más tiempo de vida este proyecto. Porque mis más allegados (que habré visto en fase 1 y fase 2) seguro que me apoyan. Y el resto si son más lejanos y no vienen, no pasa nada. Tienen la excusa perfecta servida en bandeja. Porque no hago una boda con miedo a que me fallen comensales y gano menos dinero por cubierto. De hecho, directamente a mis amigos les dije que no les invitaba porque me casaba en otra comunidad y era un desembolso grande, los que hablan de agradecimientos por aplazar les diré: eso sí fue un agradecimiento. Mira si me lo agradecieron que pensaron en fundirse toda la pasta llevándome de viaje. Directamente les exoneré de cualquier pago. Hago una boda porque me hace feliz vestirme de novia y posteriormente formar una familia. A aquellos que no vendrán porque les supone un riesgo de verdad, tendré un detalle con ellos (boda en streaming, menú a casa) porque se nota cuando alguien actúa de corazón y cuando no. Sobran explicaciones.
Si la situación es tan grave para no poder hacer algo como una barra libre, seguro que es la propia Sanidad la que me prohíbe celebrar y lo acataré. Voy a delegar la responsabilidad en quien la tiene. Y mañana empiezo la dieta. No me queda claro qué planteamiento es más egoísta. A ver si me podéis ayudar....Fin de la cita.