Buenos días comuuuu!!!
¿Qué tal de lunes?
Aquí os traigo una encuestita para conoceros un poquito más...
¿Qué tipo de madre crees que vas a ser o eres?
A mi me gustaría llegar a ser "la madre perfecta" pero acabaría siendo casi seguro "la madre bocachancla" o "la madre nomedalavida" jejejej
Esto obviamente es para charlar un poquito y reírnos un rato! Jejeje
Os dejo los tipos de mamis:
La madre guay
La madre guay es muy, muy guay. Es la típica tía guay que sin conocerte te habla con el buen rollo y la confianza de una amiga de toda la vida. Es la más divertida, a la que siempre se le ocurren actividades guays para el cole, y monta cenas guays, y en los cumples de los otros niños siempre sabe alguna cosa guay para que se mueran de risa. La madre guay es tan, tan guay para todo el mundo, que se le olvida serlo para sus hijos, y es que está demasiado ocupada siendo guay como para atenderlos.
La madre perfecta
La madre perfecta sabe mejor que nadie cómo hay que tratar y educar a los niños, y se da cuenta de que tú no tienes ni idea y lo haces fatal. Y por ello no duda en decírtelo; ella, como madre perfecta que es, sabe que necesitas sus indicaciones. Su único defecto: que no tiene hijos, o son ya suficientemente mayores como para tener su propios hijos. Y por supuesto, ella les dirá en todo momento lo mal que lo hacen y como deberían tratarlos.
La madre bocachancla
La madre bocachancla es en realidad una mutación de madre perfecta: es una madre perfecta que acaba de tener hijos. La reconocerás por su mirada perdida, su pelo alborotado y su ropa arrugada. Verás a sus hijos correr como cabras, con las manos llenas de tierra y la cara sucia de chocolate. Subirán a los árboles y reirán felices, y a ella sonreir con una sonrisa bobalicona, y un cierto brillo en sus ojos , que están rodeados por las ojeras más negras que has visto en tu vida. Y es que al ser madre, la madre bocachancla se dio cuenta de que los niños no eran como ella creía, y que ser la madre perfecta sólo es posible en las series de televisión de los 90, y lleva desde entonces tragándose sus propias palabras.
La madre yyomás
Hay quien confunde a la madre yyomás con la madre perfecta, pero no queridas, no os equivoquéis: ella es más perfecta. Ella siempre más. ¿Tu barriga fue grande? La suya más. ¿A ti te dolió el parto? A ella más. ¿Tuviste baby blues? Ella una depresión postparto de caballo. ¿Te salía mucha leche? A ella más. ¿Tu hijo hablo a los seis meses? El suyo a los tres. ¿Tu hija andaba con nueve meses? La suya con seis. Y así hasta el infinito, y es que la madre yyomás vive en una eterna competición contra el universo para ser siempre LA QUE MÁS, y por supuesto sus hijos también. Da igual si es para bien o para mal, da igual que se tenga que inventar las historias más descabelladas. Ella siempre más.
La madre OMM
Reconocerás a la madre OMM porque habla en un tono calmado y discreto. Esto se debe a que se encuentra en permanente estado de meditación; sólo así se explica que consiga evitar gritar a sus hijos. Mientras tú tienes que luchar contra todos tus demonios interiores para no gritar desde la otra esquina del parque: “Jaimito, deja de una vez de tirarle de los pelos al vecino que estoy cambiando a tu hermana” por vigesimotercera vez en el día, ella se acerca a Jaimito, y mientras aparta cariñosamente a su hijo (el vecino en cuestión) de sus garras, le explica por vigesimotercera vez en el día, sin perder su melodioso tono de voz: “Jaimito, cariño, mamá ahora tiene que cambiar a tu hermanita, pero te quiere muchísimo y en cuanto acabe podrá prestarte atención”. Y a su hijo “Cariño, Jaimito lo está pasando mal, cuando te agarre el pelo debes apartarle la mano firme pero cariñosamente, recuérdale que si te agrede no querrás jugar con él”.
Definitivamente quieres saber qué toma y quién es su camello. Al carajo la lactancia, tú también quieres ser una madre OMM.
La madre aterrorizada
En las antípodas de la madre OMM nos encontramos a la madre aterrorizada. La pobre mujer vive con el miedo permanente de que a sus criaturas les pase algo, y ya no sabe qué hacer para evitarlo. Les pone todas vacunas del calendario, incluidas las de pago, pero no le parece suficiente, así que no duda en dar a sus hijos diversos suplementos vitamínicos, para tratar de evitar que se pongan enfermos. Su comida está perfectamente balanceada, y realizan cada día al menos una extraescolar deportiva, pues es importante para ella que lleven una vida sana y no sufran sobrepeso; ¡sería terrible! En el parque, la reconocerás porque no duda en vigilar de cerca a sus retoños y advertirles de los innumerables peligros, a voz en grito: sube despacio por el tobogán, no te tires de frente, ¡te matarás! , no te columpies tan fuerte, ¡saldrás volando!, ni hablar de subirte al árbol, corre más despacio que te vas a caer, son sólo algunas de las frases que saldrán de su boca…
La madre nomedalavida
La madre nomedalavida siempre está haciendo varias cosas a la vez. De camino a recoger a los niños del colegio contesta correos en el Iphone, prepara la comida mientras arregla un problema con el banco por teléfono, y edita una foto en el ipad para la postal de navidad mientras vigila que sus hijos no se rompan la crisma con los patinetes en el parque. Seguramente lleve las uñas pintadas pero un poco desconchadas, y el pelo teñido o con mechas pero con un poco de raíz. No es perfecta, ni tampoco quiere serlo. ¡No le da la vida!