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Virginia
Virginia

Valdelavilla, Soria · Desde Septiembre del 2013

Felizmente casados 🎉

6 de Septiembre de 2014

3558días 1hrs
Virginia

¡Conseguí una medalla!

Hace 2946 días

Geek

Te encanta curiosear todos los artículos y empaparte con nuestras ideas y consejos. Ya has comentado en 1 artículo, así que te has ganado a pulso esta medalla.

Virginia comentó en mi muro:

Hace 3512 días

Aparcando a un lado que mi boda fue MARAVILLOSA, de ensueño, insuperable y todo lo bueno que se pueda decir de una boda... quiero compartir la experiencia de mi vestido de novia para que ninguna chica más lo pase tan mal como yo. Tuve clarísimo desde el primer momento el vestido que yo quería (modelo Tess de la diseñadora parisina Rime Arodaky) y como no tenía acceso a él en España porque no tiene atelier y viajar a París era un coste adicional que no sabía si merecería la pena... decidí buscar alguien que me lo confeccionara a medida puesto que era un modelo sencillo sin mucha complicación aparente. Por educación no voy a dar nombres, solo diré que en su día, tras varios sitios donde mirar y por el poco tiempo del que ya disponía, decidí hacerme el vestido a medida en un "prestigioso y conocido" modisto de Zaragoza. Febrero 2014. En la primera cita con él nos planteó el vestido como algo exquisito, con mucho gusto y muy sencillo de elaborar. No habló de su confección y de las telas que emplearía para ello, sin enseñarnos ni una sola. Tan solo sacó un catálogo con unas muestras minúsculas de tela porque mi suegra le preguntó para un traje para ella y quería ver algunas muestras. En la segunda visita volví con mi madre y en una llamada de teléfono previa le pedí que por favor, nos enseñara alguna muestra de la tela para hacernos a la idea de cómo sería el vestido. Esta vez sacó un retal con la tela que usaría (aunque en otro tono) y como mi madre que es la entendida en telas la vio muy adecuada y él mostró mucha profesionalidad, decidimos contratarlo. "Lo quiero igual" -le dije. Él mostró muchísimo entusiasmo con ese vestido y me dijo que era muy fácil hacerlo igual, que sin problemas. Pagamos una señal y nos dijo que hasta junio no nos preocupáramos que nos llamaría. Ese mismo día les comenté que me gustaría llevar una coronita de flores y que si ellos mismos me la podrían hacer. Me confirmaron que sí, les enseñé la foto de la corona que quería, la buscaron en internet y guardaron la foto. Junio 2014. Segunda cita. Prueba de la glasilla. Entramos a un probador algo amplio (digo "algo" porque los había visto más grandes) en el fondo del estudio-tienda. El modisto había confeccionado una "maqueta real" del vestido con tela de glasilla, un poco más dura que la tela normal para ver el patrón y hacer los primeros ajustes. Se apreciaban unas pequeñas modificaciones en el dibujo de la espalda con respecto al original que él nos explicó que eran para asegurar más la espalda. Bien, nos quedamos convencidas. El vestido original llevaba unas tiras en la espalda que dejaba al descubierto una parte de la espalda que haría ver el sujetador y yo tengo bastante talla de pecho así que había que darle buena solución para poder llevar un sujetador bien agarrado y que no se viera lo más mínimo. Para la siguiente cita nos dijo que haría lo mismo que con la glasilla pero con tela del vestido definitivo. Se acercaba final del julio y no había tenido noticias del modisto. Me casaba el 6 de septiembre y en Agosto estaríamos ausentes dos semanas por vacaciones, cosa que el modisto sabía perfectamente y él nos dijo que también cerraban una semana ese mes. 25 de Julio (y tras un aviso por mi parte) tercera cita. Acudimos mis padres, mi suegra y yo. Entramos a la tienda y en el mismo recibidor de la entrada donde hay dos o tres sillas, una mesa y varios figurines de prueba (no sabíamos ni dónde ponernos) detrás de una cortina en un probador circular (he visto probadores de mercadillos mucho más grandes) colgaba mi vestido. Podéis imaginar lo fácil que es vestirse en un probador de menos de 1 metro cuadrado un vestido de novia, sola, y que (que menos) alguien tenga que agarrar la cortina para que no se abra y te vea la gente que pasa por la calle a 2 metros de la puerta de entrada a la tienda. En el suelo, un cartón pegado con cinta de carrocero. Muy digo para una novia y para lucir un vestido de cola. Lo primero que vi fue algo que mi vestido no debía llevar así que mi primera sensación ya no fue buena. Cuando salí del probador, nos quedamos todos callados y nuestras miradas hablaban solas. El vestida llevaba en todo el frontal superior (de cintura para arriba) una sobretela en una especie de encaje, puntilla o no se que era súper rígida y gruesa que hacía una forma de bolsa ("marsupial" es la palabra que eligió su ayudante para denominarla de forma "graciosa") horrorosa que nada tenía que ver con el vestido original. Entonces él dijo que tenía entendido que en la cita anterior le comenté qué tal quedaría algo así en la parte delantera. Lo que yo le dije fue, que había visto en una foto de otro modelo de vestido de la misma diseñadora que llevaba una bandita en la parte superior del escote, como de puntilla, y que pensé que podría quedar bonito y romper un poco la sobriedad de todo el vestido ya que solo llevaba unas puntillitas en la caída del hombro. Bueno, por lo que se vé él no me debió entender. Le dejé clarísimo que eso no lo quería ahí, que lo quería liso y ABLUSADO, no ABOLSADO, que es lo que él había hecho. Como precaución, él mismo había elaborado con otro retal otra parte frontal con el mismo tipo de tela de la falda, que superpuso sobre aquél encaje para que nos hiciésemos a la idea de cómo quedaría. Tras varios comentarios y sugerencias por nuestra parte (entre otras una de mi suegra de poner gasa en la parte frontal para que quedara más caído el ablusado y caído a lo que él dijo que le parecía muy buena idea y que eso quedaría más elegante). Aún no entiendo cómo un "prestigioso modisto", que se supone que es el experto, no es capaz de encontrar la solución más elegante o más bonita a un vestido de novia antes de que el cliente se la sugiera. Debo ser un poco ingenua. Pero lo que remató la jugada fue lo siguiente. El vestido original, como ya he comentado antes, lleva unas pequeñas puntillas o chantilly que cubren la caída del hombro. Cual fue mi sorpresa cuando sacó de la trasera de la tienda dos bandas de encaje amarillento, muy grueso y con unos alfileres los fue colocando sobre los hombros "y aquí irían los hombros…" (más o menos dijo él). No solo no era fino, ni caía sobre el hombro, sino que parecían dos alas de mariposa hacia arriba e iban a salir volando en cualquier momento. "Pero esta no es la tela!" "No. no, solo es para que te hagas a la idea". Vamos a ver…soy diseñadora y maquinadora gráfica y sé perfectamente que un cliente no se hace a la idea de cómo va a quedar el color rojo en un diseño si se lo pintas azul. Y tengo muy claro que un círculo no es lo mismo que un cuadrado. No es posible enseñarle a un cliente un material que en nada se parece al definitivo ni que tan siquiera tiene la misma versatilidad. Aunque sea un trabajo que se realice paso a paso y prueba a prueba (se perfectamente lo que es trabajar así puesto que realizo diseños a diario paso a paso y prueba a prueba) cuesta lo mismo emplear un material definitivo que poner uno para "hacerse a la idea". Tras dejarle claros una serie de cambios (de lo que hizo en la espalda no voy a hablar, porque igual lloro), nos fuimos y me dijo que me volvería a llamar. Sin palabras nos quedamos tras ver aquello. Sí, él nos dijo en la prueba anterior que veríamos lo mismo que en la glasilla pero con la tela definitiva, pero es que esta persona inventó cosas que para nada tenían que ver con lo hablado, no hizo un trabajo fino y ni tan siquiera cortó correctamente las telas. El problema de ese abolsado, que también lo había hecho en la tela lisa que guardaba como recambio fue un corte incorrecto de la tela. Mi madre no es modista, pero ha hecho muchos vestidos y conoce bien los cortes a simple vista, si no es porque ella se daba cuenta de esos detalles, me habría quedado siempre con la incógnita. Por supuesto él siempre negará que ese corte estaba mal. Un "profesional" jamás reconoce un mal trabajo. O si? Por cierto, de la corona ni se acordaban. Tuvimos que volver a enseñarles la foto y explicarles. 31 de julio. Indignadas, apagadas y muy disgustadas por lo que habíamos visto ese día, mi suegra y yo decidimos volver unos días después para contarle cómo estábamos y la impresión que habíamos tenido, ya que ese día nos quedamos tan noqueados todos que no pudimos expresar claramente lo que sentimos. De algún modo reconoció que "quizá no había estado del todo acertado". "¿Realmente a usted le gustaba lo que estaba haciendo cuando montaba el vestido? ¿De verdad cree que esa puntilla estaba bonita?" son cuestiones que tuve que plantearle porque no podía creer que, independientemente de los gustos de cada uno, a un profesional que sabe lo que está bien y lo que está mal, le gustara aquello. Le dijimos que tenía que adelantar la cita una semana si o si y ver el vestido bien, ya que no había tiempo, nos íbamos casi todo el mes de agosto y volvíamos a una semana para la boda. Si había modificaciones no teníamos tiempo de hacerlas. Él sabía perfectamente los plazos que teníamos y aún así estuvo 5 meses sin tocar el vestido. Él trabaja así, al límite de tiempo, te lo entrega casi en la iglesia. Después de luchar adelantó la cita. Con muchísimo miedo en el cuerpo y con la gran incertidumbre de cómo estaría aquello en la próxima visita, decidí empezar a mirar vestidos con urgencia en otras tiendas y firmas, ya que si el vestido no estaba bien ya no se podría arreglar y me quedaba sin vestido. Y si en alguna tienda tenía la opción de comprar alguno a 2 meses de la boda tendría que decidirlo ya, puesto que algún mínimo arreglo abría que hacer y también cerraban por vacaciones. Las mujeres de las tiendas alucinaban de que fuera a probarme vestidos a 2 meses de la boda y fueron todas súper comprensivas con la situación. Mi última baza era llevarme puesto un vestido directo de la tienda, sin opción a mucha elección. Me probé uno de Victorio y Lucchino, espectacular y muchísimo más barato que el que me estaban haciendo (menos de la mitad de precio) que me reservaron sin previo pago hasta pasar la última prueba con el modisto. 2 de agosto. Tras intercambiarnos varias fotos del vestido original encontradas por internet y varios comentarios y otras imágenes que sirvieran como ejemplo de lo que se estaba buscando para el vestido, vía whatsapp, fuimos a la prueba. Nos citó a última hora de la tarde-noche, esta vez despejó el probador de dentro y puso buena música. El vestido estaba colocado sobre uno de los figurines. Mi sensación al verlo ya cambió y al probármelo pude ver que ESE ERA MI VESTIDO. ¿Dónde había quedado aquél trozo de tela mal colocado y cortado? Seguía estando todo hilvanado pero encajaba a la perfección, la falda era más ligera, la parte superior caía con elegancia, las puntillas eran BONITAS. El cinturón era más fino y elegante que el original (ni que hablar de lo que puso el día de la primera prueba) Era un vestido de novia. Solo había un par de cosas que corregir, la costura lateral de arriba no caía en el medio de la axila, sino que estaba adelantada. Aquí tengo que decir que cuando mi madre se dio cuenta y se lo hizo saber y le dijo que eso había que ponerlo en su sitio, este señor "le faltó al respeto" muy… como quien no quiere la cosa "usted!…que va muy de moderna…" No consigo recordar con exactitud lo que dijo, solo eso se me quedó grabado, pero mi madre se sintió muy ofendida. Lo dejamos pasar, porque no quisimos dar importancia a alguien que tampoco la tenía en ese momento. La costura obviamente estaba mal, pero como he dicho antes un "profesional" nunca reconoce sus errores. La otra corrección es, que al cambiar la parte superior y poner gasa para que quedara más caído y elegante, dejaba entrever las pinzas interiores del pecho, que tampoco estaban bien colocadas, ya que estaban subidas. Esto traería problemas posteriormente, claro. Entonces decidimos quitar la gasa y hacer todo de la misma tela, realmente como el original. Pero ese día quedamos contentas, yo lloré, no solo al ver lo bonito que era mi vestido, el que yo había elegido, con los detalles que yo había decidido poner, sino por el estrés que llevaba acumulado de pasar una semana sin descanso buscando otro vestido por todas las tiendas y pensando que el día de mi boda no me casaría con el vestido que yo quería. Entonces tomé la decisión. Seguíamos adelante con el vestido del modisto, no compraríamos ninguno (a pesar de que mi madre y yo lloramos con el de Vitorio y Lucchino. Esa noche agradecí al modisto su trabajo y le dije lo que realmente pensaba. El vestido era mejor que el original (claro, se ajustaba perfectamente a mi cuerpo). La siguiente prueba sería a la vuelta de las vacaciones y sería la penúltima. 25 de agosto. Penúltima prueba. El vestido debía estar exactamente igual que el hilvanado pero con la tela de la parte superior igual que la de la falda, nada más ni nada menos, el resto no había que tocarlo en absoluto. Bueno, pues la sensación ya no era la misma. La prueba volvió a ser en la entrada de la tienda sobre el cartón. El ablusado estaba levantado, no caía, hacía arrugas. El tirante se caía constantemente. El escote superior no quedaba liso, hacía hondas y se arrugaba por dentro. De hecho… tuve que quitarle al sujetador que compré, los bordados que llevaba porque pensé que se notaba, pero el sujetador ya no llevaba adornos y seguía habiendo arrugas. Un desastre otra vez. ¿Cómo era posible si solo había que cambiar una tela por otra? Cada vez que íbamos hacía cosas que no habíamos dicho y las que habíamos dicho no las hacía o las hacía mal. Otra vez volvieron los nervios, las dudas, los lloros, la impotencia. Me casaba en UNA SEMANA y no tenía vestido!!. Volví a plantearme la opción de las tiendas, el de Vitorio y Lucchino estaba casi perfecto, no necesitaba casi retoques y en dos tardes se podrían hacer. Fuimos a otras 3 o 4 pruebas por lo menos, hasta dos un un mismo día. Tuvimos que plantearle cosas y discutir cuestiones con incluso con otra modista delante que nos acompañó y no se bajaba de la burra de su razón. Yo me iba dos días antes de mi boda a Soria y pretendía entregarme el vestido la tarde anterior al enlace!!! Decía que no le daba tiempo a hacer los arreglos y coserlo. Si alguna modista lee esto, dejo a su criterio el tiempo que lleva coser un vestido de estas características, que solo lleva un forro por debajo, no lleva encajes, ni brillantes, ni dobles capas, ni tules de ningún tipo. Y después de todas las pegas puestas a la última entrega, había cosido todo lo que dijo que no podía coser. Hizo más trabajo del que decía que podía hacer. Entonces… ¿Se podía hacer o no? Me da igual si tenía otros encargos. Cada uno debe ser consecuente con su trabajo y cómo lo hace y si se responsabiliza uno y da su palabra de que algo estará bien hecho, se debe hacer. Pero el vestido NO estaba BIEN HECHO. Puede ser más bonito o menos, pero debe estar bien hecho. Según él, el problema era yo, que tenía demasiado pecho y por eso el ablusado no quedaba bien. Lo que me faltó por escuchar!!. Un modisto, que ajusta una tela a la medida de un cuerpo, precisamente para solucionar ese tipo de cosas… Tengo vestidos del Berska de 20 euros que se ajustaban mejor a mi cuerpo!!! Al final, la mañana del miércoles 3 de septiembre el lado derecho del ablusado no estaba bien solucionado y la arruga superior del escote seguía sin ser lisa. Ese vestido jamás quedaría como debería si la tela no estaba bien cortada y esa tela no lo estaba. Sobraba tela y él no sabía cómo quitarla. Si la forma de la tela superior estuviera cortada de otra forma, no habría sobrado tela. Cada parte del cuerpo tendría la cantidad de tela correspondiente. Y cual fue mi sorpresa cuando el día que fuimos con la otra modista contó que había ido a comprar un sujetador para ponérselo al figurín y ajustar el ablusado con un relleno. O sea… que todo este tiempo, esta persona había estado trabajando con una talla incorrecta de sujetador?? Entonces, ¿el problema era yo o era él que no sabía cómo solucionar el vestido? El vestido me lo llevé, se lo pagué y me olvidé hasta el día de la boda. La víspera seguí viendo cosas que ya no tenían solución, claro, pero bueno. Ya no había marcha atrás. El vestido estaba sucísimo, llevaba óxido de los alfileres que habían estado clavados semanas en los tirantes. El cinturón estaba mal ajustado, por un lado estaba más alto que por el otro… y el día de la boda se cayeron dos botones, uno al abrocharlo y otro durante la boda. En fin. Esta fue mi experiencia, que entre otras cosas hará que jamás olvide el día de mi boda y los días previos. Por favor, futuras novias, elegir muy bien a vuestros modistos si decidís haceroslo a medida. Buscar referencia, muchas y buenas. Que empiecen pronto, aunque tengáis que tener el vestido un mes en el armario colgado, ya haréis ajustes al final. Y si tenéis que ir a otro país a comprarlo ir!! que seguro que merece más la pena. Seguro que me he dejado algún detalle más que contar. Pero lo que pasé yo, pasó mi suegra y pasó mi madre no se lo deseo a ninguna novia.

Virginia

¡Conseguí una medalla!

Hace 3571 días

Novia fiel

Parece que fue ayer cuando entraste por primera vez en la Comunidad y ya ha pasado a formar parte de tu rutina. Has entrado en el club de nuestras novias más fieles.

Virginia

¡Conseguí una medalla!

Hace 3621 días

Aventurera

Tu espíritu aventurero no conoce límites. Has participado en 10 posts así que ya puedes lucir esta bonita insignia.

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