Merece la pena casarse??

Bolivia compis bodiles 😊

Hoy os traigo mi primer debate como ya casada, y aunque he tardado un poquito en escribirlo, tenía muchas ganas de hacerlo, porque fue una pregunta que se me pasó por la cabeza la semana antes de la boda todos los días, y varias veces al día.

Ahora os puedo decir que si! Que sí merece la pena todo por lo que se pasa, pero es cierto que este último año para mi pareja y para mí no ha sido fácil, porque muchas veces se idealiza la idea de la boda (ya veréis luego por qué).

Os aviso de que es un debate un poquito largo, ya que os quiero comentar los temas que más nos costaron a mi pareja y a mi, que a lo mejor no son los que más preocupan a tod@s, pero sí son de los que os puedo hablar; y a parte, os comentaré un poquito cómo vivimos el día...

El primer tema que nos preocupaba era el económico. Nosotros teníamos dinero ahorrado para pagar la boda, pero a la vez, nos estamos comprando una casa, así que no se nos podía ir de la cabeza. En este aspecto os diré que finalmente elegimos la boda que sabíamos que podíamos pagar, lo que implicó tener que renunciar a muchas cosas. La primera fue la finca, en vez de celebrarlo allí lo hicimos en un hotel. Una vez pasada la celebración he de deciros que no lo eché en falta, y que salió todo preciosísimo en el hotel 😊.

Y el resto de cosas a las que renunciamos, para mi fueron un poco más secundarias, porque no es que no las tuviéramos, sino que pasamos al 'planB': me dejaron el velo (ahorramos mucha pasta, y una vez pasado el día, os digo que hasta habría prescindido de él, porque es un coñazo), me regalaron el cancán en la tienda donde compré el vestido, la ropa interior me la regalaron mis amigas, hicimos nosotros toooooda la decoración, tanto de la iglesia como del hotel, elegimos tanto detalles como invitaciones en Internet, buscando opciones económicas, y luego lo montamos nosotros... En fin, un suma y sigue que nos permitió ahorrarnos una barbaridad.

Siguiendo con el tema económico, nosotros decidimos meter número de cuenta en las invitaciones de algunas personas (gente que sabíamos que nos iba a hacer regalo económico, y que iba a ser más fácil para ellos). Mucha más gente nos pidió el número de cuenta, y al final el día de la boda nos juntamos con unos pocos sobres, pero fueron fácil de controlar. Bueno, gracias a que pusimos el número de cuenta, dos semanas antes de la boda ya teníamos todo el dinero necesario para pagarla (con lo cual, no hemos tenido que tocar nuestros ahorros), y tras la boda puedo deciros que hemos sacado bastante dinero. Puede que haya a gente que le parezca mal esto, pero en España es tradición regalar dinero en las bodas, y parece que si hablas de este tema te casas por dinero, pero no es nuestro caso, y yo habría agradecido que alguien antes de que me casara me hubiera contando un poco más sobre esto.

Con esto no quiero decir: 'chic@s, haced lo que os dé la gana, que lo vais a recuperar', nooo... Yo solo os cuento mi experiencia. También os digo, sabiendo el dinero que he recibido de más, no habría cambiado nada de lo que decidimos, porque la verdad es que salió todo perfecto, y gastar más no siempre significa que salga mejor.

El siguiente tema que nos preocupaba bastante era la decoración. Como habíamos mirado al máximo el presupuesto, aspectos secundarios como flores en la iglesia, o en el banquete, quedaban en un segundo plano. Para la iglesia, el cura nos dió la opción de utilizar las flores de las comuniones que habían habido por la mañana, y lo completamos con algunos ramilletes de paniculata para los bancos, hechos por nosotros, y por una pizarra de bienvenida que quedó monísima. En el hotel, nos curramos toda la cartelería, seating plan, Candy bar, libro de firmas... Todo, para darle un aspecto más cálido al salón, y la verdad es que no pudo salir mejor, porque lo personalizamos todo hasta el último detalle.

Más cosas que nos preocupaba: la calidad de la comida, en eso no queríamos escatimar, porque es el recuerdo que la gente se llevaría de la boda. Elegimos el menú, lo probamos, hicimos todos los cambios que consideramos oportunos, adaptamos los menús para celíacos y alérgicos, y cuando estuvimos seguros, dimos el visto bueno. Mi consejo es que habléis con cocina directamente, ellos os podrán decir qué se puede hacer y qué no.

También nos preocupaba (bueno, más bien a mí) todas las pruebas relativas al estilismo de ese día: vestido, peinado y maquillaje. De vestido puedo deciros que he tenido fácil 5 o 6 pruebas, porque iba adelgazando muchísimo, y porque le hice algunos cambios al vestido (por cierto, en relación a esto, pedir todos los cambios que necesitéis hasta que esté a vuestro gusto, porque mi vestido no tiene nada que ver cuándo me lo compré a cómo quedó al final, que era como realmente lo quería). En cuanto al pelo, lo tenía bastante claro, y di a la primera con la peluquera que iba a peinarme, pero el maquillaje, a pesar de yo tener muy claro lo que quería, me costó más encontrar a quien lo hiciera, porque no era el típico maquillaje de novia. Con deciros que llegué a pensar en maquillarme yo sola, porque no encontraba a nadie que diera con lo que quería... Pero al final, de última opción fui al stand de MAC en el corte inglés, y allí dieron con lo que quería en un peqriquete. Intentad buscar siempre profesionales, que siempre están más acostumbrados a hacer diferentes estilos o modelos de su disciplina (peluquería o maquillaje).

Otra cosa que nos traía por la calle de la amargura era el baile, porque no somos nada buenos bailando, y no teníamos tiempo para ir a clases. Al final, montamos un vídeo a partir de videos de YouTube, y ensayamos solo 3 veces, y nos tiramos a la piscina. El baile no salió bien (estaba claro, no podía salir nada bueno de ahí), pero la gente nos apoyó un montón y dijo que se nos veía súper tiernos y enamorados 😂😂😂

Tema fotógrafo: aquí en Madrid cuestan una pasta por lo que realmente hacen, y nosotros que no queríamos ni preboda ni postboda, pues nos miraban un poco mal... Además, queríamos el día de la boda hacernos unas cuantas fotos en pareja, para aprovecharlo, así que nos costó bastante encontrar a nuestros fotógrafos. Al final, a través de unos amigos de unos amigos, les encontramos. Tenian que venir desde Zaragoza, pero con todo y con eso, nos salían 3 veces más barato que lo que cuestan los fotógrafos en Madrid. Ya nos han pasado alguna foto, y han quedado súper chulas, así que estamos contentos con la elección.

Ahora, me gustaría deciros cosas por las que la gente se suele agobiar, y que a nosotros no nos costaron nada. Lo primero, las mesas, las hicimos en una tarde, y no tuvimos que retocar prácticamente nada.

La gente que no viene, o que no confirma. Bueno, al principio nos dolieron algunas ausencias, pero pronto cambiamos el chip y nos dimos cuenta de que si no venían era mejor así, no queríamos a nadie "por compromiso" en la boda. Cómo nos daba miedo que la gente nos dijera a dos días que no venían, cómo tres meses antes nos dedicamos a llamar a todos para decirles que el hotel nos exigía ya el número mínimo de invitados (mentira! Pero así hacíamos presión 😂😂😂), y la gente cumplió con lo que dijeron.

Los formalismos en la boda. Nosotros teníamos claro que no queríamos la 'tipica boda', porque no somos serios, ni nada por el estilo. Es más, somos bastante naturales, así que cuando la gente nos preguntaba por protocolos, o si iba a haber determinado momento u otro, les decíamos la verdad, que era una boda, pero que era para pasárselo bien, así que que se relajaran, que estaban con su familia y amigos y todo iba a salir bien.

Y bueno, creo que no me dejo nada más. Bueno sí, una cosa que no hice y que si me volviera a casar haría sin duda. Pedir a la gente que me ayudara con ciertas cosas, sobre todo con la entrada a la iglesia (fue un desastre, y no pedimos a nadie que fuera diciendo a la gente que entrara y se sentara); y a que me ayudaran a colocarme el vestido (salgo en casi todas las fotos con la cola descolocada, pero bueno, no pasa nada).

Ahora sí! Os cuento cómo fue nuestro día 😊

Me levanté bastante tranquila. Desayuné, me duché, y empezamos a preparar las cosas para llevarnos al hotel, porque nos daban habitación para quedarnos allí esa noche.

Cuando llegamos, me encontré en la recepción del hotel a un montón de invitados que se quedaba allí porque venían de fuera. Ahí ya empecé a ponerme un poco nerviosa.

Subimos a la habitación, y nos quedamos alucinados, nos dieron la suite presidencial, que era más grande que mi casa (sin exagerar!!)