Hoy he encontrado este tema y quería compartirlo con vosotras:
¿Cuántas veces has soñado que caminabas hacia el altar, envuelta en el vestido de tus sueños, mientras un largo y vaporoso velo, caía sobre tus hombros y espalda?
Este complemento, tradicional donde los haya, tiene sus orígenes en el siglo XVII, y resulta indispensable para poner el broche de oro a un look romántico y tradicional, convirtiéndose casi en un fetiche para muchas novias...
Estos complementos, no siempre son aptos para todos los tipos de vestidos, pero lo cierto es que hoy en día, el usar o no el velo o la mantilla, ya no es una cuestión de tradición o de protocolo, sino, del gusto personal de la novia.
Aunque en las tiendas podrás probarte distintas opciones y combinaciones, no siempre los profesionales que están al frente, tienen claro qué es lo más conveniente o lo más apropiado para cada vestido, o dan prioridad a sus gustos personales o a sus stocks, antes que al complemento adecuado y perfecto para ti. Es importantísimo elegir bien, para no recargar la imagen final de la novia.
Pero ¿cómo elegir?
Es importante que conozcas de antemano sus principales diferencias:
El velo: Es originariamente francés y la tradición marca que sea largo y sencillo (en un principio se utilizaba para cubrir el rostro de la novia), hoy en día, es posible encontrarlo en distintos tamaños, pudiendo incluso combinar dos (velo doble), colocados de manera superpuesta sobre el cabello. El tejido es ligero, delicado y casi transparente, aunque puede rematarse con detalles bordados, blondas de encaje o cristal en su versión “amantillada”, puntillas, abalorios o motivos florales...
Como anécdota os contaré, que la tradición de usar velo, viene ligada a los grandes misterios: Dicen que una niebla cubrió la tierra durante su creación, que el humo veló el Monte Sinaí cuando Moisés recibió las tablas y que una nube recibió a Dios en su Ascensión. Lo sagrado es velado. Durante la Santa Misa, el Tabernáculo y el Cáliz son velados ya que contienen a Dios. Y así, el que las mujeres se cubrieran con un velo en las misas, significaba que su vida formaba parte de un digno papel: han sido escogidas para crear nuevas vidas…
La mantilla: Por el contrario, es una prenda tradicionalmente española, muy demandada por las novias actuales y muy arraigada en Andalucía (aunque existen modalidades castellanas), que puede ser usada indistintamente entre las invitadas y la novia.
El uso de la mantilla sobre la cabeza durante la Santa Misa y funciones litúrgicas, es una antigua tradición, ya que se consideraba decoroso, que una mujer orase a Dios con la cabeza cubierta. En tiempos recientes el cubrirse la cabeza no es una práctica común.
Su principal característica a diferencia del velo, es que la mantilla está enteramente bordada de encaje artesanal hecho a mano con hilos de seda, lo que las convierte en piezas únicas. En la actualidad, hay mantillas industriales muy económicas, pero muy distintas de las artesanales en cuanto a espectacularidad, caída, y también precio claro...
La mantilla permite todo tipo de formas de colocarse y varían en función del gusto de la novia. Hoy en día, los estilistas pueden hacer auténticas maravillas y recrear todo tipo de looks “retro”, combinándola con piezas de joyería vintage, broches, tiaras, peinas y peinetas o diademas. Los tejidos: El encaje de Chantilly, la blonda (elaborada en dos tipos de seda), la organza o la red, son algunos de los más comunes, aunque sin duda, el preferido por las novias desde hace décadas, es el tul de seda por su apariencia traslúcida y su capacidad para sobrevivir en el tiempo y ajeno a las modas.Pero ¿cómo elegir bien?
Velo¿Largo o Corto?
En el caso de elegir un velo corto, el largo debe llegar, al menos (por detrás) a los codos, aunque es recomendable que sea, por lo menos, hasta la cintura (la medida dependerá de la altura de la novia).
En el caso de elegir un velo largo, debe de sobresalir por encima de la cola del vestido unos 20 centímetros mínimo, de lo contrario, hará un efecto “raquítico” y no se lucirá ni el velo, ni la cola del vestido porque no se sabe dónde termina uno y empieza la otra. Esto es un error tremendo!
En el caso de elegir una mantilla corta, la parte delantera de la mantilla deberá llegar a la altura de las manos y por detrás un poco más abajo de la cadera. (El protocolo marca que la mantilla en la novia debe ser larga).
Si prefieres una mantilla larga, al igual que el velo, debe sobresalir por encima de la cola del vestido SIEMPRE. Velo o mantilla? Dependerá fundamentalmente, del vestido elegido. Muchas veces, caemos en el error de intentar ponernos un velo o mantilla que nos puede prestar alguna amiga, y así ahorrarnos el importe del mismo, independientemente de si nos queda o no bien con el vestido que hemos elegido. Cuidado con esto! Puede que te ahorres unos € pero corres el riesgo de ir disfrazada!Algunos ejemplos de como elegir entre velo, mantilla y los distintos tipos: Vestido sencillo y liso: En este caso, la mayoría de los modelos admiten ambas opciones en sus distintas versiones. Si pones un velo sencillo, el look en general será sencillo, si optas por un velo amantillado, el look se verá elegante y delicado, si optas por una mantilla, esta se convertirá en la verdadera protagonista… Vestido sencillo con algún detalle: En este caso, es preferible usar un velo, ya que mezclar los bordados de una mantilla, con otro tipo de detalles, hace un popurrí un poco raro y poco coordinado, aunque siempre dependerá de cada modelo y del tipo de detalle. Si los detalles son por ejemplo cristales (tipo Swarovski) o abalorios, hay velos con cristales y abalorios que combinan perfectamente. Vestido de encaje: En este caso, podemos optar por un velo sencillo de tul, de esta forma damos protagonismo al vestido. Por un velo amantillado, en cuyo caso, el encaje del velo, debe ser el mismo que el encaje del vestido, de lo contrario, sería como mezclar un estampado de flores con otro de cuadros… Es este caso, la mantilla sería una opción a descartar porque resultaría un look demasiado recargado con motivos diferentes. Vestido liso pero con volantes o mucho volumen: En el caso de que los volantes o el volumen salgan desde la cintura o cadera, es mejor velo sin duda. En cambio, en el caso de que el vestido sea corte sirena, la mantilla quedará igual de bien que un velo liso o velo amantillado. ¿Cómo colocarlo? Pelo suelto o recogido: En el caso del pelo suelto, se recomienda que el velo o la mantilla, sean cortos ya que de lo contrario tienen demasiado peso y es muy complicado sujetarlo firmemente en el cabello suelto. Si quieres lucir un velo o mantilla largos, la mejor opción sin duda es pelo recogido para poder sujetar la peineta en la base del moño. Hay que tener en cuenta es que el roce del velo o mantilla, suele estropear los peinados, por lo que si tu peinado es suelto, durará menos que si es un buen recogido con laca. También el estilo pirata puede ser una buena opción para romper con la forma tradicional de llevar el velo o de estilo vintage que crea un aire retro muy romántico. Si eres una novia con poca altura y el novio es alto, puedes usar una peineta alta sin problema o un moño alto, incluso una tiara. En el caso de que el novio no tenga demasiada altura, sería más acertado un recogido bajo y una peina pequeña.