Actividad de Miryam

Chicas, dejad los nervios ese día fuera de vuestra casa. Yo soy treméndamente nerviosa y ese día estuve muy tranquila, tanto que me dormí en la peluquería. Fue un día precioso. Mis amigas vinieron a casa a vestirme y la maquilladora también (os recomiendo que vayan a vuestra casa así os hacen fotos de ese momento). En todo momento estuve rodeada de mi familia mientras me vestía y uno de los momentos más bonitos fue cuando me trajeron el ramo de novia, ya que en él llevaba un camafeo de mi abuelo que tanto quiero y que ya falleció. Llegué a la Iglesia en coche de caballos y allí estaban ya todos los invitados dentro esperándome. Nada más entrar empecé a oir al coro rociero cantar y fue cuando empecé a emocionarme. Iba por el pasillo hacia el altar del brazo de mi padre y viendo a cada lado a los invitados...conforme se iba acortando el pasillo iba más emocionada, hasta que vi la mirada de mi novio y la de su madre con lágrimas en los ojos. Un momento que no olvidaré jamás. La ceremonia, preciosa, con lecturas que habíamos elegido nosotros y con una acción de gracias preciosa por parte de mi mejor amiga y testigo de boda. Al salir de la Iglesia, tocó bailar con mi cuñada unas sevillanas y dar millones de besos, ya que éramos 400 invitados. El cóctel y cena espectacular. Lo celebramos en Aralia (Cäceres) y no pudimos escojer mejor sitio. Esther y Pablo, los dueños de Aralia, hicieron que todo saliese a la perfección y los invitados quedaron encantados. El momento más especial, cuando le entregué el ramo de novia a mi abuela, con la canción de Ecos del Rocio "Abuelo". Mi abuela no se lo esperaba y mucho menos que llevase el camafeo de mi abuelo, cuando lo vio se emocionó. Desde ese día hasta hoy lo lleva siempre en sus vestidos. También le regalé el mismo camafeo con un trozo de mi vestido a mi tía y a mi madre, las cuales, rompieron a llorar cuando vieron de qué se trataba el regalo. Y yo rompí a llorar, cuando mi ahijada me regaló unas palabras preciosas junto a dos fotos nuestras de cuando éramos pequeñas. Después, tocó el baile. Habíamos preparado un tango y sorprendimos a todos los invitados. Por cierto, deciros que al salón del banquete, entramos con nuestra canción favorita, de David Guetta "When loves take over". Fue un subidón ver a casi 400 personas ponerse de pie y no sentarse hasta que acabó la canción. Y nada más, la barra libre, espectacular a cargo de pool sound y allí que nos quedamos hasta las 8:30 de la mañana. Por cierto, tengo una pedazo de foto, con los invitados que aguantaron hasta esa hora junto con mi abuela, que dijo que no se iba hasta que no se acabase todo. Sólo un consejo: dejad fuera los nervios, todo va a salir muy bien y dedicaros a disfrutar de cada momento...el amor de vuestra vida os espera al final del pasillo.