Buenas noches chic@s!
Quería preguntaros por vuestra situación a tod@s aquell@s novi@s que teníais/tenéis organizada vuestra boda en el 2020.
Creo que estamos ante una situación excepcional, en la que cualquier evento/celebración social se está viendo enormemente afectada, dada la gravedad que supone el tener que hacer frente a una pandemia mundial, en la que la primera medida de prevención recomendada es el distanciamiento social.
Entendiendo y respetando todas las opiniones, me gustaría compartir la mía con vosotros.
Creo que una boda es un momento único en la vida. Un día para disfrutar con tu familia, tus amigos, todos tus seres queridos, y compartir con ellos un momento de máxima felicidad al estar haciéndoles partícipes de la decisión de compartir tu vida al lado de esa persona, que es la responsable de la sonrisa que luces todos los días desde que os encontrasteis, y que refleja que eres inmensamente feliz a su lado.
El coronavirus ha entrado en nuestras vidas para darnos una bofetada a todos. Son muchas las personas que han perdido seres queridos en esta masacre. Personas con factores de riesgo, que temen salir si quiera de casa para hacer cualquier recado aunque estemos a punto de alcanzar una aparente "normalidad". Personas que han sido despedidas, que están en un ERTE, o tienen su futuro laboral en el aire. Mil tragedias.
Siendo consciente de todo esto, para mí, el enviar invitaciones de boda a todas estas personas, me parece del todo inapropiado. No puedo plantearme el invitar a todos mis seres queridos, sabiendo sus circunstancias particulares, y seguir adelante con mis planes de boda como si nada ante esta tesitura.
Es evidente que he cancelado mi boda. Pero me da una tristeza tremenda ver lo poco honesta que me está demostrando ser la gente en general. Me estoy dando cuenta de que el mundo nupcial está acostumbrado a recibir cantidades desorbitadas a modo de "señal" con un tiempo de antelación desmesurado, por un servicio que tienen que prestar en el futuro en una fecha concreta. Y ante algo así, una emergencia sanitaria que no depende de nadie, quieran imponer y justificar su actitud, diciendo que la boda se puede celebrar perfectamente. Haciéndose los locos, sin llamar a los novios, sin decir nada, a la espera de que seamos nosotros los que nos pongamos en contacto para plantear esta situación, y así ellos puedan decir que eres tú el que quieres cancelar la boda. Como si con ellos no fuera la cosa.
No pueden devolver el dinero que cobraron hace un año, no lo tienen! Porque lamentablemente, somos todos los novios los que con esos pagos por adelantado financiamos sus negocios. Y eso me parece una falta de moralidad tremenda por su parte. Entiendo que quieran tratar de llegar a un acuerdo para fijar una fecha B de boda y no tener que devolver esas señales. Pero si el cliente no quiere elegir una nueva fecha y quiere cancelar la boda, entonces te dicen que la señal no es reembolsable.
No sé a los demás, pero a mi ya se me han quitado las ganas de gastarme un dineral, de tener que organizar con todos ellos mi boda y seguir soltando dinero. Para mi esta actitud, la actitud de todos estos proveedores no beneficia en nada al sector nupcial. Creo que con esas conductas se están lapidando ellos solos. Porque lamentablemente creo que seremos muchos los novios que al estar viviendo el disgusto de tener que cancelar la boda con la ilusión que supone, se nos está sumando la falta de empatía y honestidad de todos ellos.
Juegan con que la gente no se va a meter en líos de abogados, a demandar, a gastarse más dinero, y te dicen que son lentejas. Pero en mi caso les digo que son ellos quienes se pueden comer las lentejas que quieran, pero acaban de perder todos ellos un cliente. Y un cliente insatisfecho es la peor publicidad que puede tener un negocio, porque en esta vida todo es el boca a boca.
Por ello, a todos estos proveedores sin corazón ni moral, que les cunda el dinero robado a estos pobres novios. Pero el karma existe, cada uno sabrá si puede dormir tranquilo por las noches.
Si hay algo que tengo claro es que en la vida todo pasa por algo, y que por supuesto se recibe lo que se da.