Hace unas semanas os comenté que dejaría constancia de mi experiencia en la primera boda post-covid a la que asistía como invitada.
Pues aquí os lo comento, aunque ya he hecho algún comentario en otro debates.
La boda fue hace una semana en la provincia de Sevilla. No asistí a la iglesia, ya que la entrada estaba limitada y se pidió que dejasen el sitio a los familiares de los novios (algo muy lógico). En la iglesia, sé que los asistentes llevaban las mascarillas obligatorias y se siguieron todas las normas.
Unas semanas antes me habían comentado otros invitados de la boda, que no habría recepción ya que no estaba permitido. Creo que en algún debate de por aquí también leí algo parecido.
Llegamos al lugar de la celebración del banquete. Fue en un recinto al aire libre perteneciente a un hotel. Ese día era exclusivo para aquella celebración. Primera sorpresa. Entramos mi novio y yo con nuestras mascarillas y nos encontramos que nadie o casi nadie de los que se encontraban ya en el lugar llevaban mascarillas. Me quedé un poco mosqueada, ya que era una boda de 200 invitados, pero... segunda sorpresa! Sí que había recepción!!! Al principio pensé que sólo estaban dando una copa mientras los novios llegaban, pero no. Allí que iban los camareros con sus mascarillas y sus bandejas con canapés para que los invitados cogieran lo que quisiesen.
Nos pusimos juntos con los amigos con los que tenemos mucha relación y era con los que estábamos sentados en la mesa. No me moví del sitio en toda la recepción (que fue esplendida) pero sí veía cómo había más de uno y de dos que se andaban paseando por todos los grupos.
Llega la hora de sentarse en las mesas para la cena y... tercera sorpresa. Ocho personas de los diez que íbamos en nuestra mesa éramos del mismo círculo, a los otros dos no los conocíamos, ni los conocimos porque al final no se presentaron. Creí que en las mesas se debía sentar a personas del mismo circulo (familiar, amistad, trabajo...).
Terminamos la cena y los novios pasaron por todas las mesas para saludar a los invitados. Pasamos al momento de la barra libre . Tenía decidido desde primera hora que no iba a quedarme en la barra libre, ya que sabemos que todos nos ponemos súper happies en esa etapa de las celebraciones y bueno, al trabajar de cara al público y tener que estar muy en contacto con muchas personas, decidí no arriesgar y quitarme de en medio. Sé que a la hora de pedir en la barra libre no había turnos ni nada de muchas cosas que he leído en otros debates. Hubo baile de novios y duró hasta las 8 de la mañana. Era una barra libre a la antigua normalidad. Toda la boda fue a la antigua normalidad.
Después de todo creo que todo dependía de que los invitados decidieran si ser responsables o no.
Me alegra que los novios tuviesen una boda de lo más normal en los tiempos que corren y que todo les saliese como ellos querían.
Sé que es muy complicado organizar una boda y más en estos tiempos de pandemia y en los que unos creen que esto es algo normal como una gripe y otros piensan que se nos viene el apocalipsis!
No quiero que se malinterprete mi relato sobre la boda pensando que estoy indignada con la celebración o cómo se hizo. Sólo comento que todo lo que se ha estado hablando sobre cómo se deben celebrar las bodas en estos momentos no se llevó a cabo en esta boda, pero repito que me parece genial que los novios pudieran hacerlo como si nada pasase.
Mis decisiones tomadas sobre relacionarme solo con un grupo de ocho personas y no asistir a la barra libre tiene que ver con mi trabajo. Si por un casual diese positivo por covid tendría que cerrar el negocio y creo que eso es algo que nadie quiere arriesgar.
En fin, que espero os sirva de referencia y que tod@s l@s novi@s de este año puedan celebrarlo como deseen y lo disfruten muchísimo.