Pensé que esto solo pasaba en las películas hasta que me pasó a mí. Es un sueño que sigo sin creerme y quedará grabado para siempre en mi corazón.
Jesús decidió pedirme matrimonio en la boda de nuestros amantísimos amigos. Como se suele decir, una boda llama a otra boda y, desde ese día, siguen temblándome las piernas.
Gracias
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