¡Muy buenas de nuevo!
La verdad es que echaba de menos abrir post y creo que es el momento perfecto para contar como fue mi experiencia en la compra del vestido no solo para informar a las que aún no habéis ido, sino para contaros a las novias de este año con las que he tenido el placer de coincidir en la comunidad como fue todo este martirio con todo lujo de detalles jajaja.
Ojo: ¡Se avecina parrafada de las grandes! Si lográis llegar al final me gustaría saber cómo habríais actuado vosotras.
En noviembre del año pasado tuve mi primera cita en Sedka de Alcalá de Henares para probarme vestidos. He de decir que la comercial que me atendió entonces se portó con mi acompañante y conmigo genial. Sin embrago, ese día no estaba del todo convencida y decidí esperar a aclarar mis ideas y ver vestidos en otras tiendas.
Dos semanas más tarde, volví y reservé el vestido. IMPORTANTE: No cedáis al chantaje del descuento de la primera visita. A mí me lo mantuvieron y en la factura final consta ese precio, sin la coletilla de % descuento, por lo que no existe descuento alguno y ese es el precio real.
Como muchas ya sabéis en el momento en que lo encargas te miden y pesan y eso lo anotan en el contrato. Al terminar me citaron para probarme el vestido que supuestamente sería el mío definitivo y de mi talla para 4 meses antes de la boda.
En enero tuve que cambiar la cita y ya empezaron a poner pegas diciendo que al ser un viernes tenía que ser a las 15h, teniendo que hacer malabares en el trabajo, ir sin comer y sin acompañantes.
Llegada la fecha, me hicieron esperar más de 40min para probarme el vestido y cuál fue mi sorpresa al descubrir que no me entraba el pecho en el corpiño. La comercial (distinta a la de las anteriores visitas) sin tener idea de costura, aseguraba que me lo podrían agrandar y finalmente una de las modistas decidió que lo mejor era llamar al diseñador que en ese momento estaba fuera de la tienda para que al llegar fuera al probador a buscar una solución.
En estas fotos puede verse por dónde iba el aro de corpiño y el pespunte negro que es por dónde debería haber ido, así como el trozo de tela que faltaba por la parte superior para para cubrirme el pecho por completo:
Me volvieron a medir y pesar porque debieron de pensar que el hecho de tener que pasar de copa A a copa C debía ser culpa mía. CONSEJO: Haced foto de todos los arreglos (ahora veréis por qué) y la hojita donde las van anotando vuestras medidas.
Después de esperar toda la santa tarde apareció el diseñador y propuso lo más razonable y lo que evidentemente era la única solución: hacer un vestido nuevo.
En recepción pretendían darme la siguiente cita a un mes de la boda y prácticamente tuve que suplicar que la adelantasen a finales de julio.
Esta vez tuve la precaución de ir acompañada entre otras personas, de una amiga que había sido costurera y patronista.
La comercial de esta visita era tan novata hasta el punto de intentar meter el cancán con los aros montados por el hueco de la cintura del vestido. Cuando lo consiguió ya a ella se le notaba en la cara el desastre del arreglo pero cuando me lo vi y lo vieron mis acompañantes, palidecimos todas.
Desgraciadamente el shock nos hizo olvidarnos de tomar fotos pero en resumen: el vestido ya no tenía escote corazón, sino que era recto y lo habían subido casi hasta mis clavículas, lo habían hecho con las cazuelas más grandes pero una plana y otra picuda, los aros también terminaban en pico bajo en pecho, la ballena central iba torcida hacia mi pecho izquierdo…completamente asimétrico hasta tal punto que daba la sensación que una persona había confeccionado la parte derecha y otra la izquierda o como dijo mi madre: "lo había hecho un tuerto".
El modisto insistía en que lo veía bien y juraba que eso tenía solución y que podía adaptarlo a mi cuerpo. Mi acompañante le pidió los alfileres y fue dándole indicaciones de lo que tenía que hacer, aunque evidentemente eso no tenía solución.
Entonces llegó el diseñador quien también quedó perplejo al ver el vestido y dijo que había que rehacer otra vez el corpiño de manera urgente, por lo que me citaron para 4 días después y dejé allí el sujetador con el que llegué a la prueba a ver si así eran capaces de hacerlo bien.
En esta nueva cita se habían centrado en el corpiño, por lo que ni estaba cosido a la falda ni le habían puesto los adornos. Esta vez he de decir que empezaba a parecerse al modelo original y que al menos me entraba el pecho en la copa.
En la siguiente cita a 3 semanas de la boda, el corpiño está vez era largo porque cosieron tal cual el patrón a la falda sin medir el talle ni tener en cuenta la longitud del modelo original, por lo que la falda en lugar de salir de la cintura salía de la mitad del culo. Esto hizo que una vez más hubiera que quitar los adornos, separarlo nuevamente de la falda, cortarlo y volver a coser todo.
La siguiente cita fue la semana siguiente después de insistir mucho con el horario para no tener que volver en ayunas y faltando al trabajo. Me dijeron que en esta visita era probable que el vestido estuviera listo para recoger pero yo sabía dada la experiencia que eso era imposible y no me equivocaba: Seguía siendo grande ya que no habían metido todo lo necesario y mi acompañante volvió a indicar al modista de dónde tenía que meter y qué arreglar y el modisto se comprometió a coser un lazo al vestido que según él me permitiría recoger la cola cómodamente.
Me volvieron a citar la semana siguiente (a una semana de la boda) y tuvo que ser a mediodía porque según me dijo el personal de recepción, ese día me llevaría el vestido y las recogidas se tenían que realizar a primera hora de la tarde, así que otra vez a faltar en el trabajo y a ir en ayunas.
Al probarme el vestido me di cuenta de que no había hecho ABSOLUTAMENTE NADA de lo que se dijo en la última vista y estaba exactamente igual que la semana anterior: no habían tocado el ancho y seguía siendo grande y tampoco habían cosido el lazo para recoger la cola, así que me dijeron que lo iban a hacer en ese mismo momento y que además cito textualmente "no vamos a cobrarte el lazo para recoger la cola". Esto ya fue la gota que colmó el vaso ya que sentí que se habían estado burlando de mi desde el principio y tuve que pedir a la encargada de la tienda que estuviera presente ya hasta la entrega.
Nos fuimos a comer mientras hacían los arreglos y al volver por fin el vestido era de mi talla pero el lazo para recoger la cola nunca llegó a coserse sino que iba anudado a la cintura y era muy corto (el sistema fue tan incomodo que el día de la boda me hizo vomitar el día de la boda de lo mucho que me apretaba).
Una vez "conforme" se llevaron el vestido a plancha durante media hora. Al volver, abrí la porta-trajes por la parte de arriba y las flores 3D estaban aplastadas, por lo que volvieron a llevárselo a plancha. Transcurrida otra media hora, al ver las flores estiradas di el ok y me lo llevé a casa.
Al colgarlo de la barra de la cortina, vimos que solo habían planchado la parte de arriba y la cola estaba completamente arrugada. Llamé a la tienda para pedir explicaciones y me dijeron que probablemente se arrugó durante el viaje (vivo a 15min en coche) y que me llamarían más tarde.
Cinco días después y sin noticias de la tienda, el vestido se había estirado por su propio peso y me lo llevé a casa de mi madre. Curiosamente después de 2h de coche no llegó arrugado, lo que hace pensar en la evidencia de que la persona que tenía que planchar el vestido, estuvo dedicada 1h a hora cosa que no era su trabajo, mientras nosotras esperábamos y mi madre perdía el tren de vuelta a su casa.
Conclusión y final agridulce: ¿Me gustó el vestido finalmente? Sí. Fue espectacular, original, sorprendió a todos mis invitados era y exactamente lo que iba buscando pero si es ahora creo que hubiera elegido algo más sencillo o me lo habría hecho a medida: Entre la cantidad de visitas que tuve que hacer a la tienda, las horas que falté al trabajo, el precio inicial del vestido y los quebraderos de cabeza, creo que habría sido mejor hacerlo de cero con alguien profesional y que me tratase con algo de respeto.