El viernes yo no trabajaba y empezó a media mañana a llover una serie de pruebas y pistas para acabar en el aeropuerto, sola, vestida de hawaiana y con un nabo en la mano para ir dirección Mallorca.
Ha sido un finde redondo, no solo por el hecho de la despedida sino también por juntar a todas mis amigas (salvo una que vive en San Francisco y ya viene a la boda y no va a la de su cuñada que se casa el mismo día, no la puedo querer más). Os dejo fotitos.
