Corría el año 2010 y yo estaba en el instituto. Me eché un novio del barrio y me redescubrió muchos mundos, entre ellos, el de los videojuegos. Yo siempre he sido de tener la consola en la mano, pero mi madre apenas me dejaba usarla, ya sabéis, soy una chica y tenía que dedicarle más tiempo a estudiar...
La cosa es que empecé a jugar a League of Legends sobre 2011 con el grupo de amigos de mi pareja de entonces y al año, en uno de esas partidas, conocí a mi, ahora, futuro marido.
La chispa surgió casi inmediatamente y sin quererlo. Me encantaba (y me encanta) su voz (es lo único que conocía por entonces), la forma de expresarse, de jugar... Empezamos a jugar a otros videojuegos, en grupo, hacíamos piña, quedábamos para charlar todos por Teamspeak, bueno, un grupo de amigos virtuales por decirlo así.
Hasta que llegó un día que, al dejarlo temporalmente con mi pareja de entonces, no sé por qué empecé a tontear con él y no podía sacármelo de la cabeza incluso habiendo vuelto con el otro. Era joven, qué esperáis jaja
Resulta que me gustó muchísimo hasta tal punto que fui a conocerle a Roma con una amiga, donde él estaba haciendo su Erasmus. Ahí la chispa y química se volvió tangible
Una vez se volvió a España, el grupo de amigos se redujo bastante pero nosotros seguíamos en el mismo por lo que organizábamos quedadas por el territorio nacional ya que muchos de los amigos estábamos desperdigados en diferentes ciudades.
Pasaron 4 años desde que nos conocimos y hasta que decidiéramos dar el paso de darnos una oportunidad y jamás me arrepentiré de la decisión que tomamos.
Llevamos ya 4 años juntos, 3 de los cuáles han sido a distancia de más de 600km, viéndonos una o dos veces al mes. No diré que fue fácil ni lo romantizaré porque ha sido duro, pero pudimos con los kilómetros gracias a tener una idea de futuro conjunta. Por ello, el año pasado empezamos a vivir juntos justo cuando empezó la cuarentena y nos ha ido tan bien la convivencia que el año que viene nos casamos, no puedo estar más feliz y enamorada
Pase lo que pase, él está a mi lado apoyándome, respetándome a mí y a mis opiniones y decisiones aunque él no las comparta, siempre me ayuda en todo lo que puede, me hace reír hasta cuando no quiero/puedo y no puedo estar más agradecida por tenerle a mi lado todos los días al despertar y al irme a dormir.
Siempre has sido y serás mi mayor debilidad.
Foto de @sfera360
-------------------------------------
Sigue aquí >> VOTACIÓN FINAL: ¡Escoge la historia ganadora! ❤️️