Aunque nuestra boda tenía que haber sido en abril... El covid nos obligó a moverla unos meses más. Aunque la ilusión estaba por los suelos, ahora mismo a casi 32 días de que llegue nuestro súper día, me he animado a compartir con vosotros una parte importante de los preparativos de mi día B: "las invitaciones" que quizá sirva de inspiración a futuras parejas.
Os cuento, soy profe y como tal vivo rodeada de papelería. De pequeños, tanto mi futuro marido como yo, éramos muy fans de los "comecocos". Él ya los tenía un poco en el olvido pero yo sigo manipulándolos y divirtiéndome con ellos casi a diario en el cole. Como no podía ser de otra manera (y gracias a Pinterest!) nuestra invitación de boda fue un comecocos totalmente personalizado, con ilustraciones nuestras, un logo creado para la ocasión y la presencia (ilustrada) del amor de mi vida: mi gatito!! (Futuro marido, por favor, no te ofendas jaja)
La invitación venía presentada dentro de una caja de cartón con viruta de madera
Al abrirla el protagonista era el comecocos y al levantarlo encontrarían una tarjeta personalizada también con el n° de cuenta y una frase acerca del nuevo camino que emprendemos
En cada pestaña del comecocos estaba toda la información necesaria del día B, lugar, hora, teléfonos... y al abrir todas las pestañas... Nuestro súper logo ❤
Espero que os haya gustado y que algunas parejas podáis sacar ideas de esto. La verdad es que las hicimos con mucho cariño y lo pasamos genial montado todo. ¡Nos vemos en el siguiente debate!
