Llevo un montón de tiempo sintiéndome super extraña. Es como si tuviera todo en la vida para ser feliz pero hubiese perdido la capacidad para sentirme así.
Creí que era algo anormal pero por lo que he estado leyendo por aquí parece que está a la orden del día.
Mi primera decepción fue mi novio, que sabía que para mí lo más bello e inolvidable de una boda es el momento de la pedida (y al final no hubo ni pedida ni nada que se le pareciera) yo, que para colmo soy muy supersticiosa, ya me tomé eso como un mal empiece (y lo que mal empieza... mal acaba)
Mi segunda decepción fue mi madre (aunque esa ya me la esperaba). Como ella no se casó y no le gustan las bodas lo primero que me dijo es que no contara con ella para nada y después pasó días intentando desalentarme para ver si cambiaba de opinión.
Me ha dicho de todo... desde que a mi familia la voy a putear porque nada más que van a pensar en el dineral que supone una boda hasta que voy a estar a la sombra de mi primo mayor (que se casó hace poco con mucho dinero y celebrando una boda espectacular)
Mi marido y yo somos camareros y no nos va a dar para mucho, eso ya lo tenía claro desde el principio, pero ni me había parado a pensar que nadie me iba a comparar con nadie ni pensé que mi familia iba a dar prioridad al dinero antes que a mi ilusión. Entre estas y otras cosas (no ha dejado de machacarme desde entonces) me han hecho sentir cada vez más sola y más triste.
A día de hoy me siento desbordada. Aun queda un año para mi boda pero la idea mágica que tenía al principio de celebrarla feliz en compañía de mis seres queridos se ha transformado en un augurio de malas vibraciones en el que me veo al final de la celebración sintiéndome ridícula y criticada por todos con un vestido que no me convence porque me he visto sola para elegirlo, rodeada de gente que está allí por compromiso y por la que yo me he endeudado más de lo que me podía permitir y pensando en qué estupidez me ha llevado a hipotecarme por un día en el que creí que todos compartirían mi ilusión y al final no han hecho más que hacerme perder la mía...
No sé... es todo tan duro... y como siempre lo que más duele y parece tener prioridad es el maldito dinero...