Querida comunidad:
¡Menudo subidón tengo encima!
Resulta que el fin de semana tuve un sueño un poco raruno (día de la boda: me despierto tarde, la maquilladora no llega y encima no habíamos hecho prueba anterior, el traje de novio total denim...) y como tengo la teoría de que mis sueños siempre significan algo, al día siguiente contacté con los proveedores pendientes para pedir información sobre la forma de proceder a partir de ahora y poder ir perfilando la posible agenda.
Para ponernos en situación: nos casamos el 10/10/2020 en Toledo aunque vivimos en Madrid y no nos planteamos aplazar ya que nuestra boda será de unos 80 invitados y de momento también tenemos el visto bueno de la Hacienda (nos adaptaremos a la situación siempre que se permitan este tipo de celebraciones).
Los fotógrafos nos comentaron que están fijando fechas para sesiones de preboda a partir de junio y que podemos ir pensando la ruta y horario preferente (lo haríamos en Madrid) pero no nos urge ya que pretendíamos hacerlo a finales de agosto o principios de septiembre. Para la boda en sí nos han trasladado su ánimo e ilusión y también confían en que todo seguirá según lo previsto
El centro de estética para los tratamientos faciales y la tienda de los zapatos ya han abierto con cita previa y, teniendo en cuenta que la desescalada terminará algo más tarde en Madrid, es un alivio poder hacer cositas dentro de la provincia que me hagan re-conectar de forma directa con mi novia interior
El vestido es lo que más me rondaba por la cabeza. En Navidad lo encontré (de casualidad) en mi ciudad natal, Vitoria-Gasteiz, y quedamos en que haríamos la primera prueba en junio. Dada la situación, me preocupaba no saber si llegaría a tiempo, no poder desplazarme, etc. Pero ¡hoy me han llamado de la tienda!
Me han dicho que mi vestido llegará el 1 de junio por lo que solamente esperan mi llamada para avisarles de cuándo puedo salir de Madrid y ¡podré volver a probarme mi vestido! Qué ganas tengo...
Así que ahora mismo sólo falta que el Registro Civil descuelgue el teléfono (desde ayer les llamo a todas horas) para que nos confirmen si se mantiene la cita para la retirada del expediente matrimonial (25 de mayo).
En resumen, ¡estoy súper feliz! Ya era hora de tener motivación a tope después de semanas de incertidumbre, de quedarme con cara de póker cuando los invitados preguntaban qué íbamos a hacer, de haber renunciado a nuestra luna de miel soñada, de sentirme un bicho raro por seguir adelante con la boda cuando otros amigos y familiares han aplazado las suyas al 2021... En definitiva, de volver a sentir que se me pone la piel de gallina con todo esto.
Así que si me estás leyendo y te casas en 2020, solamente puedo decirte: