Cuando me comprometí, no tenía está maldita enfermedad, pero por desgracia actualmente llevo con ella casi un año. Es muy doloroso no poder disfrutar y sentir como se supone que debería este acontecimiento, el 100%. De hecho ver la cara de felicidad de mi pareja cuando se realiza cualquier preparativo me hace sentir que le fallo, porque estoy presente físicamente pero mi mente va y viene, no me deja vivirlo. Lamentablemente esta enfermedad es así, tiene sus altibajos y dependerá mucho del día.
Soy sincera y tengo que decir que es muy difícil seguir adelante con el acontecimiento teniendo depresión, pero es posible, yo lo estoy haciendo. Es cierto que tuve que dar el paso por los contratos fijados con proveedores pero lo hice principalmente por mi pareja. Él cada día me recuerda que me ama, me anima y sabe sacarme una sonrisa esperanzadora cuando me dice que el 100% es de los dos y que si yo aporto X el aporta el resto, que somos un equipo.
Vuelvo a repetir es muy difícil la preparación de una boda teniendo depresión porque nunca sabes como tendrás el día, tu mente tiene el control de todo, pero no es imposible. Apóyate en la gente que te quiere, te va ayudar y entre tod@s conseguiréis un acontecimiento hermoso y sobre todo especial.
Hoy por hoy sigo luchando con esta enfermedad pero yo os animo a no cancelar nada, a seguir adelante con tu boda, porque puedes hacerlo, eres capaz aunque tu mente diga lo contrario, somos guerreros.
Mi boda será en septiembre y sé de antemano que será un gran día. Y cuando todo acabe y pase el tiempo recordaré todo esto y diré que suerte encontrar el amor de mi vida, que bonito es el cariño que me han dado tod@s y sobre todo que fuerte soy.
YO PUEDO!