Con mi pareja salimos hace NADA, menos de un año, y cuando nos conocimos supimos que queríamos estar juntos; no por mera chispa (que igual tambien) sino porque nos dimos cuenta de que somos la pieza que encaja perfectamente en muchos aspectos el uno con el otro. Así que sabíamos desde las primeras semanas que pareja o amigos, queremos estar siempre juntos. La relación fue creciendo hasta ser amor y cuando nos dimos cuenta ya eramos pareja haciendo planes enormes a futuro y llevándolos a cabo. Uno de ellos es migrar a España, nosotros somos de Argentina y en un mes estaremos pisando suelo español. Entre bromas de casamiento y averiguaciones de que nos conviene ir a España casados, la bromita de fue haciendo realidad hasta que un día el me expresó que de verdad se casaría conmigo, así que hoy en día nos vemos en los días precios.
Ahora bien, la situación concreta por la cualnescribo aca:En 6 días nos casamos. Hace poco más de 1 mes lo decidimos, y fue todo super rápido porque así lo quisimos y por el poco tiempo que nos queda en Argentina (y ambos queremos casarnos acá, por nuestra familia, amigos, arraigo, etc). El me expresó desde antes de decidir casarnos que siempre estuvo en contra de la idea de casarse y de muchas cuestiones sociales al respecto. Por mi parte, lo respeto y acuerdo en muchos aspectos, pero soy una chica criada por Disney, la idea de casarme con el amor de mi vida siempre me hizo mucha ilusión. Y siento que el es el amor de mi vida. Así que acá estoy yo, super ilusionada con la boda, con ese día que aunque sencillo espero que sea precioso, con la felicidad de ese ritual y de las amistades, con el entusiasmo y el brillo por todo lo que representa. El no, no así al menos, aunque se quiere casar conmigo lo vive mucho más pasado por agua. Por mi todo bien cómo lo sienta.
Hay dos problemas
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