Más vale tarde que nunca; aquí traigo mi crónica. Nos casamos cuando empezaba la "nueva normalidad" y todo era un caos, cada día se cambiaban los aforos y restricciones, teníamos que ir modificándolo todo sobre la marcha, un montón de gente (sobre todo tíos y primos) se rajó a última hora, cuando levantaron la mano con el aforo ya era demasiado tarde y muchos amigos de mi ya marido tampoco pudieron venir, porque viven lejos y no les daba tiempo a pedir permisos...A dos semana de la boda, a mi pareja le confinaron por haber estado con un positivo (ambos con mascarilla) y a pesar de haber dado negativo 2 veces. Conclusión, los días previos los dos estábamos de bajón pensando que sería una boda cutre al ser tan pequeña, que con el límite de hora los invitados no se lo pasarían bien, etc. En algún momento nos planteamos incluso aplazarla, pero al final decidimos que lo importante éramos nosotros y que queríamos estar juntos (no conviviamos antes de casarnos). Que la gente más próxima que quisiese compartir con nosotros ese gran día, sí estaría a nuestro lado, y que quien no arriesga, no gana.A día de hoy, después de 8 meses, no me arrepiento para nada de haber celebrado mi boda ese día. Fue precioso de principio a fin, aprovechamos que fuimos muchos menos invitados de lo que esperábamos para mejorar la calidad del menú y el jamón elegidos inicialmente. Fue en el jardín de un palacete, todo iluminado cuando se hizo de noche y con un grupo de jazz en directo, inolvidable. Los invitados incluso nos felicitaron por lo bien que se lo pasaron y lo mucho que les había gustado una boda íntima y recogida, donde todos hablaban con todos.Y por último, os dejo alguna fotito de mi gran día ^^
Pd. Como anécdota, nuestra boda se emitió en directo para que pudieran verla incluso los que no pudieron asistir.