Mesa presidencial. Caos (ii parte)

Como alguien me había pedido contar qué ocurría al final con el embrollo de nuestra mesa y mis suegros, he decidido escribir este post.

Al que he llamado "II parte" en lugar de desenlace, porque no descarto que el salseo continúe más adelante.

Su hijo la ha llamado hoy por teléfono y le ha dicho que su nueva ubicación era una mesa de amigos nuestro. Respuesta: ay no, si nosotros nos queremos sentar con vosotros. Yo sólo dije que me daba pena que mi hija estuviera rodeada de niños y por eso prefería sentarme con ella.



FALSO FALSÍSIMO, porque 1) se sienta que sus dos hijos (adolescentes), y sus 3 sobrinos (1 niña pequeña y dos adultos, de hecho me llevo 8 años con mi sobrino), y sus dos tíos, 2) sin saber absolutamente nada de cómo se configuraba la mesa de la hija ya dijo que no quería sentarse con nosotros porque no le gusta ser el centro de atención y que la gente la esté mirando todo el tiempo.
En fin, que donde dije digo, digo Diego. Pero mano de santo la llamada. Ha sido verse en una mesa sin su hija y cambiar la narrativa.