Por fin pudimos celebrar la boda "grande", después de tanto esperar y sufrir, el 6 de junio. Jamás pude imaginar que, con todos los contratiempos que habíamos tenido, nuestro día especial pudiera ser TAN bonito.
Nos sentimos muy agradecidos a nuestra familia y amigos, tanto a los poquitos que pudieron venir, como a todos los que nos acompañaron desde la distancia, y a todos los proveedores, que se portaron de 10.
Un día mágico para recordar SIEMPRE.
Ánimo a todas las parejas. Merece la pena. O mejor dicho, merece el cariño, el amor y el corazón que ponemos en cada paso de la preparación.
Ya veréis que ese día ni os acordaréis de todos los contratiempos que surgieron por el camino, ni de las innumerables cancelaciones, ni el baile de fechas. Ese día os sentiréis muy felices, aliviados y queridos por todos. Aunque parezca mentira, las mascarillas son lo de menos; las miradas lo dicen todo.
Gracias, gracias y gracias.