Els mes pasado, junto con mi ahora marido ( ) hicimos nuestra primera boda, civil y con comida y celebración en pequeño comité; tenemos previsto en junio de 2022 hacer la segunda boda por la iglesia y con toda la familia y amigos.
Pues bien, pese a estar totalmente encantada de cómo fue todo en nuestra boda (excepto algunas cosas de último momento los días antes como pasa en cualquier boda), los días de después del día B me sorprendió sentirme muy triste y con sentimientos encontrados.
Mirándolo en retrospectiva, he identificado que era porque había aguantado demasiado el tipo, me había hecho "la fuerte" para transmitir seguridad a todos los invitados, y había embotellado cualquier sentimiento negativo organizando la boda en plena pandemia y con previsión de tener que prescindir de mejores amigos que viven fuera, o de cosas como el baile que me hacían ilusión.
Vengo aquí a deciros que estoy super encantadísima con cómo fue el día, y además super ilusionada para el año que viene, pero como me sorprendió tanto sentirme así, he venido a deciros que si os sentís así es normal y que después se pasa y solamente queda el buen recuerdo.
En esta comunidad, estamos tod@s organizando algo que nos hace mucha ilusión en circunstancias complicadas, y pese a que ya es una enorme suerte haber encontrado a nuestra "media naranja" y poder casarnos con ella, lo que está pasando en el mundo es complicado y es normal que a veces nos sepa mal, ni que sea por un momento.
Ánimo a todas en vuestras bodas, me encanta ver lo preciosas y perfectas que están siendo todas y tengo ganas de veros en muuuchas más!
Un abrazo muy muy fuerte y adelante!