Hoy he ido a mi primera cita para elegir vestido. He de decir que iba casi sobre seguro porque he ido a SEDKA, y con la cantidad de vestidos que tienen intuía que sería complicado no encontrar algo.
No iba con una idea fija de qué quería. Sólo sabía que quería un vestido "diferente", que por si mismo dijera algo. Me daba igual el corte, el escote,... Me han preguntado el presupuesto y que cosas no me gustaban o me encantaban. Tenía unos cuantos que había visto en la web que me encantaban, y aunque sabía que se salían de presupuesto, me han buscado bien algo parecido o incluso los propios vestidos (la "espinita" es que no estaban)
Mi asesora, Raquel, ha estado encantadora, paciente y amable. Soy consciente de que lo he puesto difícil, porque a todos los vestidos que me probaba era un "le falta algo, pero no sé el qué". Ya podéis imaginar lo complicado que tiene que ser intentar dar con un vestido que ni la novia sabe realmente qué tiene.
Hemos empezado viendo que el corte sirena me gustaba como me quedaba y hemos partido de ahí. Según pasaban los vestidos, me daba la sensación de que al final tendría que hacerles otra visita, o cambiar de estilo porque sirena, sin falda lisa y en mi presupuesto.... En ningún momento he sentido ni presión por aumentar el presupuesto ni por elegir vestido (y os aseguro que he perdido la cuenta de todos lo que me he probado) Al final ha aparecido un vestido que en la percha al verlo, he dicho para mi, "puf flores entero, a ver como queda, pero me da que no..." ¿Sabéis cuál me he llevado verdad?
Un maravilloso Pronovias Atelier ( Pronovias ya implica un precio base elevado, y con el apellido atelier ya es fuera del alcance de un alto porcentaje de bolsillos) que no he tenido manera de encontrar en fotos por ningún lado. Que cumple con el requisito fundamental de ser diferente y que ha salido genial de precio (no he llegado ni al tope de mi presupuesto)
Como añadidura, he de decir que soy un pato mareado, la cosa más torpe que podáis imaginaros, y el vestido sentía que me podía caer en cualquier momento con él. No me resulta incómodo pero en la parte del muslo lo noto justo. Desde el primer minuto me han comentado que se podía arreglar, pero yo no terminaba de verlo. En ese momento (bueno un par de vestidos después) ha aparecido por el probador Jordi Dalmau. Un encanto de hombre, que me ha explicado las diferentes soluciones que teníamos y me ha dado ideas de "modificaciones" y complementos.
En resumen un trato de 10. Una cantidad de opciones increíble. 100% recomendable. Una experiencia única. SI alguna dudáis en ir o no a SEDKA merece la pena.