Hola, la otra semana estuvimos en una tienda de vestidos de fiesta y me quede impresionada. Iba ilusionada con mi hermana que necesitaba un vestido y lo que nos contaron me ha hecho reflexionar durante días.
Estoy algo angustiada por lo que sé ahora y creo que compartirlo aquí nos va a ayudar a todos. Quiero que sepáis lo que está pasando, quizá así podamos hacer las cosas mejor.
Me he dado cuenta que no solo nosotras lo estamos pasando mal con esta incertidumbre. No os voy a contar dónde estuve, creo que no sería lo correcto. Lo entenderéis cuando lo leáis, pero puede ser cualquiera de los sitios que se dedican a esto.
Después de que mi hermana comprara su vestido, le dimos las gracias a la dependienta. Le dijimos que estábamos encantadas de cómo nos atendió y al instante nos dimos cuenta que se le empezaron a caer las lágrimas. Nos quedamos un poco en shock pero como fue encantadora y cercana, acabamos preguntando qué pasaba.
Es, es.... no sé como describirlo, están sufriendo una presión increíble. Nosotros nos jugamos llevar o no la mascarilla, un cóctel pero ellos se juegan su trabajo, sus ahorros, un negocio y un futuro.
Están en una situación muy complicada, os cuento un poco por encima. La verdad es que es muy interesante y descubres cosas que desconocemos.
Llevan desde septiembre de 2019 sin vender. Me decía que la campaña de bodas acaba prácticamente con muy pocas en octubre por lo que desde hace 1 año y medio están esperando a que empiece. En primavera verano se recuperan de los gastos de otoño invierno anterior que no venden y como en 2020 no se vendió, no recuperaron lo del 2019. 2020 les fue muy mal, se suspendió casi todo y no tuvieron casi clientes o los que tuvieron no les arreglo nada. Tenían la esperanza de que empezara ahora en enero y no ven nada clara la situación con quién les está llegando a probarse.
Me comentaba que si este año las bodas van a ser de 10 o 20 invitados y se van a poner lo primero que tengan en el armario, ellos cierran y no esperan más. Pero no solo ellos cerrarían, también los fabricantes que están esperando, los que hacen telas y los costureros. Que el sector está en ruina y muchas firmas han cerrado ya, me nombró a unas cuantas. Que para muchos es tarde aunque esto se activarse en unos días. Los que quedan están esperando salvar sus empleos y negocios, esperando a la desesperada que vuelvan las bodas de 150 o 250 invitados. Están poniendo dinero de sus ahorros cada mes durante todo este tiempo, otros agotando el créditos que han pedido y endeudandose más. Que cada día le llaman para darle la mala noticia de que otra firma de ropa ha entrado en concurso de acreedores. Que se están quedando sin fábricas. Necesitan desesperadamente vender vestidos ya.
También que con la ropa normal dicen que lo poco que se vende, se lo llevan los grandes como ... (ya sabéis), que el cliente no se acuerda de ellos. No se acuerda del comercio local fuera del centro comercial, que no repartimos las compras y que tampoco se ha consumido ropa todo este año. Que nadie se da cuenta pero la ropa es una de las que más está sufriendo esto. Que no nos hacemos ni la más remota idea de lo que están pasando la moda en España, la de las bodas. Que la tv dan unas cifras de pérdida de ventas que no son reales, que es muchísimo peor. Que aunque ella aguante y esté abierta, no sabe si va a poder traer cosas porque no van a quedar fabricantes para comprar. Que la da miedo llamar a las fábricas por si le dicen que han cerrado o van a cerrar. Que algunas llevan días sin cogerle el teléfono y que no ha querido indagar más para no llevarse más disgustos.
Ella es la dueña y aún siendo joven como es, nos sorprendió que llevara 25 años en esto. Nos decía que son muchos gastos, el alquiler, impuestos, empleados, luz, etc. y no tienen ayudas o las que salen no son reales o no pueden acceder. Nos contaba con indignación lo del 50% de los alquileres que no es real y solo hubiera sido para 4 meses. Que en los titulares quedaba muy bien pero que después no tenía nada que ver. Que nos creemos que nos ayudan pero no es así. Que al final a quién ayuda es a los grandes y ellos siempre a pagar.
Que en los medios de comunicación están siempre con la hostelería pero que ellos están mucho peor. Que mientras ellos están abiertos, a sus clientes se les recomienda el auto confinamiento, que entonces para qué están ellos abiertos si les dicen a sus clientes que se queden en casa. Si sale el sol las terrazas de los bares se llenan pero ellos siguen sin clientes.
Además que todos estamos en tensión y que las clientas están siendo muy duras y exigentes, que nosotras fuimos la excepción después de días muy duros y por eso de las lágrimas. Que desde enero hemos empezado a ir y solo van a probarse vestidos pero se van diciendo que la boda es en unos meses y tienen tiempo. Están sin ánimo y lo que menos quieren es a alguien que va a probarse 10 modelos para ir viendo sin intención de comprar nada. Después tiene que desinfectar probadores, limpiar prendas o poner en cuarentena y demás. Que no somos consciente del trabajo extra que les supone ahora todo y de la perdida de dinero. No entiende que en esta situación alguien se acerque a probarse tantos vestidos sin intención de comprarse nada, solo de pasar el rato. Ni conscientes del desgaste mental que eso les supone. Que además impedían a las que sí se probaban con intención de comprar que no pudiera hacerlo. Nos decía algo como "no os dais cuenta que cada vez que venís a probaros nos cuesta dinero y compensa si compráis pero cada vez sois más las que venís a probar pero no compráis ¿Por qué?" Me decía que tienen vestidos fabricados en España con precios y calidades increíbles y que apoyan a la industria de aquí para mantener los trabajos de todos.
No paró de contar cosas y cada una de ellas nos hacia ponernos más en su situación.
Seguía contando más situaciones como que vamos con 4 acompañantes y cuando nos piden que se salga alguien por seguridad nos enfadamos. Que no saben ya que decir, que últimamente nos enfadamos por nada y ellas se sienten coaccionadas por las reseñas de internet. Que desde hace 4 años lo d las reseñas es imposible. Que las amenazan con ellas para tener más derechos de los que tienen. Que ella no pide que le pongan nada pero que nadie les pone nada bueno, solo malo y por nada. Que no sabemos el daño que las hacemos con las negativas y si son con razón lo entienden, pero así no se arregla nada. Que si quieren que mejore en algo, que hagamos una sugerencia por correo pero un reseña negativa o aconsejar a alguien a no venir, es empujar a cerrar su negocio y a veces por nada. Me contó una en concreto y la verdad es que a veces nos tomamos esto de las reseñas negativas a la ligera, sin saber la repercusión.
Yo le dije que todos estamos muy tensos por todo lo que estaba pasando, que está situación no es buena para nadie pero no la consolé y entiendo que no lo hiciera por todo lo que contaba.
Mi hermana le comento que probará con la venta online y nos dijo que lo intentó pero solo la ha traído más gastos. Nadie les compra y de lo simbólico que han vendido les devuelven demasiado. Que ya han tenido problemas con 2 vestidos usados y las amenazan con denunciarla y con malas reseñas. Para poder competir con los grandes pusieron devolución gratuita y cada vez que eso pasa les cuesta 14 euros entre envíos, paquetes y demás. Que prefieren vender en tienda y es mejor para el cliente. Me quedé sorprendida del gasto que les suponía y se lo comenté, me dijo que todo costaba y que una persona te llevara las cosas y te las recogiera era dinero, no trabajan gratis y había que poner los gastos de todo, hasta de la caja, etiqueta, sueldo de la persona que prepara el paquete y lo recepciona después, etc. Que muchas tiendas online aparecieron en 2020 pero sin remedio han acabado por desaparecer porque para los pequeños es mucho gasto y poca o nada de ventas. Que solo compramos en los 4 sitios de siempre y ellos ni siquiera existen.
También llevan tiempo sintiendo que muchos les utilizan para probarse las cosas y después comprar por internet en los grandes y que no cobran por probarse pero a ellos les cuesta mucho dinero que lo hagamos, les cuesta mucho dinero estar ahí abiertos para que solo los utilicemos para probar. Que ella está a veces casi 1 hora atendiéndote, asesorando, alquiler de local, impuestos, luz, limpiar, cuarentena, aire acondicionado con la puerta abierta para ventilar, ocupar ese tiempo y probador impidiendo vender a otra persona que si quería comprar, etc. y no nos damos cuenta ni lo valoramos. Nos repitió varias veces que "nos utilizan" y que cada vez que alguien lo hacía, estaba empujándolos al cierre. Dijo algo que nos causó sensación y era que, cada vez que alguien lo hacía, era como si pusiera un ladrillo tapando su puerta, hasta que al final se tape entera y cerraran.
Que solo vamos los sábados y no puede entender que en esta situación, en pandemia, nos juntemos todos a la vez solo ese día. Que el último sábado no vendió nada y se probaron entre 4 clientas 35 vestidos, mientras de lunes a viernes no hubo nadie. Que normalmente no deja probarse tantos vestidos pero que por la situación dejó, pero lo volvía a limitar. Nos repitió lo de no vino nadie en toda la semana mientras se le escapó alguna lágrima más. Que todas se fueron con la excusa de que la boda era para dentro de unos meses y que quedaba mucho tiempo. Le preguntaban que si iba a traer más modelos, que ya se pasarían y se irían probando más. En ese momento alzo la voz y siguió diciendo "pero si las fábricas están a punto de cerrar o han cerrado ya y nosotros también, necesitamos vender ya, no tengo dinero para aguantar 1 mes más. No estoy aquí para que esa chica se pruebe todos y solo los sábados 5 vestidos de aquí a junio para luego acabar en una tienda online de Alemania o de Inglaterra"
Que estuvo luchando ese sábado con el aforo y los acompañante con pánico de lo que después les pusieran en las reseñas. Que así no pueden trabajar. Que cada vez que entra una reseña se echan a temblar y ni siquiera la quieren abrir. Que la última mala fue a una clienta por decirle que tenía que esperar a entrar al probador porque otra clienta estaba antes y se fue enfadada sin decir nada. A los 20 minutos les añadió una reseña no recomendado ir jamás a alguien ahí por la mala atención de la dependienta y diciendo que la deberían despedir. Que si ella no hubiera estado delante, qué hubiera pensado de su dependienta. Que si esto sigue así, va a empezar hacer lo mismo que las demás tiendas y es opinar de esa persona como cliente, que para eso está la opción de contestar y que si van a recomendar no venir jamás allí, que ella recomendarían no contratar jamás a esa persona por su actitud como cliente, que si ellos podían ella también. Que se sienten impotentes ante esto de las reseñas, que no hay que demostrar nada y la gente se lo puede creer o no pero la puntuación negativa es la que se queda para siempre y es lo que cuenta. Que si era mentira o no y aún siendo verdad, si lo que pasara no volviese a pasar, la gente seguiría creyendo que eso pasa y la estrella negativa sigue haciendo su daño para siempre, Haciendo que al leerlas nadie quiera ir para comprar y cerrar.
Que si todas vamos a ir en junio, esperando si hay o no boda, ella cerraba. Pero estando abierta tampoco traería nada nuevo hasta ver qué pasa en estos meses. Si nosotras no nos queríamos arriesgar y comprar ya, ella tampoco. Además que aunque quisiera, los fabricantes que quedaban tampoco se arriesgaban y no estaban fabricando, ni el de los tejidos, etc. Que muchos están esperando este mes para cerrar o no.
Sin casi poder hablar, nos siguió contando otra experiencia en la que unas clientas y al acabar de probarse la hija después de 1 hora le dijo, que su hija nunca se había visto con un vestido de fiesta y quería verse. La dependienta me dijo hundida, "yo no estoy aquí pagando impuestos, alquiler, trabajadores, dejándome los ahorros, mi energía y vida para que la hija se vea por capricho con un vestidos de fiesta. Estoy para venderle un vestido. Perdí más de una hora y tuve que tratar 6 vestidos. Después de irse, tuve que cerrar porque me puse a llorar" Dice que esa tarde fue el detonante y decidió cerrar definitivamente pero se le vino la imagen de los hijos de sus empleados y sigue adelante. Sinceramente no creo que exagerara nada, le salía todo del alma. Tras contar esta anécdota nos preguntaba a las 2, qué es lo que le tenía que decirle a esta clienta, cómo la decía que eso no lo podía hacer. Antes de contestar nos dijo que no la podía decir nada porque luego ella en una reseña recomendaría no ir nunca a su tienda.
Se me puso un nudo en el estómago con todo, no es lo mismo vivir la experiencia que leerla aquí. Agradecimos que nos contara todo esto. Hubo más anécdotas pero me extendería demasiado. Llevo un buen rato recordando muchas de las cosas que nos contó y he preguntado a mi hermana para recordar algunos detalles. En algunas he intentado poner sus palabras porque mejor yo no lo podía expresar. Espero haberlas explicado y recordado bien. Creo que fue un momento de debilidad y por eso nos contó tanto.
No somos conscientes que todos lo estamos pasando muy mal. En realidad nuestra única incertidumbre es si llevaremos mascarilla o habrá baile. Mientras tanto, todo esto está pasando. Ahora mismo y a mí, preocuparme de llevar mascarilla o no en una boda me parece una completa tontería, la llevamos a diario y no pasa nada. También y después de esta experiencia, lo del baile me parece el menor de los problemas. Las bodas son ahora así, no hay que pensar en más. Son así y sean como sean serán maravillosas pero serán y las haremos.
Yo este año disfrutaré como invitada y lo voy hacer encantada. Por la seguridad, creo que esto es más seguro que muchas otras cosas que se hacen a diario sin pensar. Yo fui a una boda en 2020 y fue extremadamente segura, incluso nos tomaron la temperatura antes de entrar. Todos los invitados que no quisieron ir, son los que después se fueron de vacaciones y comían en restaurante todos los días o llenan las terraza de los bares los fines de semana. Creerme que hubieran estado más seguros en esa boda o en cualquiera.
Nos venimos muy sensibilizadas, empatizamos mucho con ella, también con la situación y nos dimos cuenta por lo que está pasando el sector de las bodas, sobre todo la ropa de fiesta o la ropa en general. Volvimos en el coche comentando todo, viéndolo todo desde su lado, pensando por ejemplo en lo de la hija y que no se había visto nunca con vestido. Estuvimos un buen rato imaginando como hubiéramos reaccionando nosotras. También haciendo memoria de todos los negocios implicados que hay detrás de las bodas. Nos quedamos impresionadas y nos dimos cuenta que muchos de esos negocios en los que pensamos, son posibles clientes de las empresas dónde trabajamos y si cierran, nuestro trabajo también se verá afectado. Parece que todos estamos relacionados con todos y nos afecta.
Una de las cosas que más me impactaron fue que no solo luchaba por ella, sino porque sus 2 empleados no perdieran su trabajo. La segunda fu la necesidad de saber cuántas bodas va a haber, cuándo serán, de cuantos invitados y si las invitadas se comprarían vestido. De eso depende que cierren todos. Nos decía que si al final hay bodas pero de pocos invitados que lo digamos y cierran todos ya. Necesitan saber lo que vamos hacer.
Necesitan vender vestidos ahora, no en abril o marzo y necesitan que sean bodas de 200 invitados. También necesitan vender ropa normal, después de todo esto yo no dejaré de ir a ver lo que tienen y de comprar lo que pueda.
Reflexionando muchas cosas de las que nos dijo, pensé que para junio quedan 5 meses, casi medio año. Es mucho tiempo y la situación seguro que se va a arreglar. Incluso diría que va a mejorar mucho en un mes. Yo en mi vida diaria no soy demasiada optimista pero en esto sí y creo que todo se va arreglar mucho de aquí a un mes. Creo que las bodas de marzo abril están aseguradas.
Mi hermana compró el otro día un vestido nuevo y el evento es en 3 meses. Yo adelante mi compra y repetí a los 7 días con otro vestido. Seguía abierta pero con los mismo ánimos ¡mucha fuerza cariño! También fuerza a todos los que se dedican a esto. Es una pena que mi boda no los pueda ayudar pero si sigue abierta en 2022 lo hará. Este año ayudaré como invitada o mejor dicho nos ayudaremos, ellos vendiendo vestidos y yo comprando. Sin ellos, sin las tiendas, fábricas, restaurantes, peluquerías, maquillaje, ganaderos, agricultores, viñedos, imprentas, transportistas, alquiler coches, suministros hostelería, modistas, fotógrafos, floristerías, decoradores, esta web y sus moderadoras, etc. no podríamos tener y celebrar nuestras maravillosas bodas. Sin nosotros no podrán mantener sus trabajos y al final también los nuestros.
Nos necesitan y les necesitamos.
Espero que contar esta experiencia nos ayude de alguna manera a todos.
Aquí está mi información.
Fecha de mi boda: Mayo de 2022
Invitados: 182 (y aumentando)
Celebración: Sí (por supuesto)
Me han invitado en 2021 a: 3 bodas 84, 210 y 164 invitados. (Voy a ir con vestidos nuevos, es lo que más disfruto)