Buenas compañeras de fatigas, sé que estareis agotadas del asunto de las fechas, pero desde el 29 de enero estamos mi novio y yo en bucle y no salimos de él.
Tenemos dos opciones en mente (bueno él solo tiene una xD), y lo único que nos queda es tirar una moneda al aire.
1- Primera opción: hacer ceremonia religiosa en nuestra fecha este año, sería nuestra segunda fecha. Invitar solo a la familia, unas 40 personas entre su familia y la mía. Aunque en general no somos uña carne con nuestros tíos y demás. Dejar para más adelante la celebración sin fecha con todos nuestros invitados (300 aproximadamente, y ni un solo compromiso). La invitación como tal para este año sería solo para nuestra familia, a la que invitaríamos en un pequeño restaurante y listo. A la iglesia, por aforo, sí podría venir quien quisiera hasta completar aforo (sé que mis amigas estarían ahí).
¿Por qué hacerlo así? Por vivir el momento, disfrutar que nuestros padres están sanos, que tenemos los vestidos, que nos casamos en una fecha muy bonita, llena de flores, que tenemos ya hasta las canciones del dúo piano-violin escogidas, que tengo los zapatos listos, que estoy deseando ver a mi novio esperándome en el altar con mi suegra a su lado, bajarme del coche que tenemos reservado, etc.
¿por qué no hacerlo con los invitados que nos permitan las restricciones y listo? Porque tenemos amigos en el extranjero que no van a venir para luego no poder ni moverse de su mesa (aunque sé que lo entenderían), porque no es seguro y ahí estoy de acuerdo, mi novio no quiere llegar al límite de personas permitidas porque está asustado, nos dirían 150 en exterior y 100 personas en interior ¿y si dos días antes pone lluvia descartas a 50 personas? No lo vemos. Todos los proveedores nos permiten una tercera fecha sin un cargo extra en 2021 o 2022, incluido el salón.
Contras: En la segunda celebración, en el salón de bodas, mi novio dice que no iríamos vestidos de novios; puede que ya no tenga sentido para los invitados una celebración cuando saben que llevas ya un año o más casado por la iglesia… Aunque yo creo que todos vamos a tener tantas ganas de fiesta, que nos dará igual el motivo, pero si mi novio tiene miedo ahora puede que lo tenga hasta que estemos todos vacunados (2023?)
2) Segunda opción: posponer todo.
Nos dicen algunos: para lo poquito que le queda a “esto”, hacedlo todo de una vez. Esta es la opción de mi novio. Pero solo el estrés mental de pensar en la boda, con la que llevamos en mente desde 2019 es agotador, se pierde la ilusión, es como una piedra en el camino que nos impide continuar (y no hablo de niños ni nada…)
Es verdad que todo sería más bonito junto, nadie se perdería la ceremonia, nadie vendría a vernos casarnos y después quedarse sin el banquete… pero no sé, ahora sé que tengo muchas ganas de casarme, en el futuro no sé.
Además, no ayudan cuando te dicen los proveedores “sois la primera boda que tenemos en 2021… todas las anteriores las han pospuesto” o cuando todos nuestros amigos de marzo y abril ya han aplazado para 2022 y ahora van a firmar al juzgado y listo.
Ay no sé, yo creo que por mí hacía la primera opción, pero no quiero que luego no tenga sentido celebrarlo, pero me quitaría la espinita y dejaría de estar todo el día pendiente de las noticias, las nuevas variantes, la vacuna, la sexta ola y su pm… Cuando ya no hubiera nada (o solo mascarillas) diríamos: FIESTAAA! Pero, ¿quien nos asegura esto?
De verdad, estábamos tan de acuerdo los dos cuando cambiamos la fecha de 2020 a 2021, que ahora esto está siendo una pesadilla total. Me gustaría que mi novio fuera más "echado pa'lante", más atrevido, arriesgado y no tan asustón y pesimista, aunque lo entiendo porque el panorama no es muy alentador.
¿Qué opinais? ¿Habrá divorcio antes de boda? xD
Perdón por el tostón y gracias por leerme/responderme.