Allá por el 2009 fue el año en el que por primera vez vi la cara mas bonita que había visto nunca. Por aquel entonces yo tenía mi pareja y esa cara de Ángel que me hizo respirar profundamente, a parte de tener 14 años mas que yo... ¡Estaba casada!
Pasaron los años y fuimos cogiendo confianza, jamás pensando en que podría llegar a tener algo con ella (IMPOSIBLE) pero como yo decía, es que es muy guapa, no hay nada malo en verla así, ¡es la realidad!
Al cabo de tres años mi relación se rompió y mi amistad con esa mujer que hacía que hablar con ella fuera siempre un momento que para mí era especial, fue creciendo.
Nunca se lo llegué a decir por aquel entonces, no era ni el momento, ni la situación, ni el lugar ni nada de nada, solo ese amor platónico que siempre imaginas pero ves que no puede ser... ILUSO DE MÍ.
Llegó el momento en el que ella tras divorciarse de su marido se apoyó en mí como amigo suyo que era, y yo ( juro que sin intención) di todo de mí para que ese momento tan duro pasara de la mejor manera posible. Estuvimos meses en los que yo parecía Pepito Grillo: estaba para todo, la animaba, la hacia reír... Y ahí sí que dije: “qué pena que ella me vea como eso, como un amigo” porque yo con los ojos cerrados dejaba mi vida atrás para empezar una a su lado...
Y llegó el día, el roce hace el cariño y parece que ese cariño también era recíproco y me lo hizo saber... Ese momento fue el que dividió mi vida en dos etapas, siendo la que seguiría a continuación la mas feliz de mi vida. Por fin el destino me había dado la razón y con 24 años esa mujer de bandera con 38 escribiría el resto del libro de mi vida con tinta de carmín y páginas de piel... Infinitas... ¡Porque no hay páginas suficientes para contar entera nuestra historia ni años para ponerle fin!
Quería ser feliz, quería tener una familia, quería querer de verdad, quería saber mi futuro... Y todo lo tenía delante... Solo tenía que esperar que el DESTINO decidiera cuándo y hoy agradezco que me eligiera a mí...
Te quiero
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