Buenos días chicas,
yo me casé en Junio, y es ahora, 5 meses después, cuando reúno fuerzas para contar mi historia aquí. Este portal me ayudó mucho con los preparativos, y sé que es un lugar dónde me vais a entender, cosa que no sucede con la mayoría de la gente que me rodea.
Como se lee en el título, mi boda ha sido uno de los peores días de mi vida. Y no sabéis lo que duele tener que vivir con ese recuerdo. Todo un año de ilusiones, preparativos y sueños destrozado por la actuación de dos personas en mi boda.
Os cuento. Yo me he casado en León, en la catedral. Era mi sueño, mis padres se casaron allí, y es tan bonita... Pues bien, la catedral no tiene un cura concreto para oficiar ceremonias, por lo que puedes elegir quien quieras. Resulta que no vivo en León, sino en Santander, por lo que no conocíamos un cura allí. Así que preguntando a familiares llegamos hasta un amigo de un tío mío, FRANCISCO RODRIGUEZ LLAMAZARES, abad de la Colegiata de San Isidoro (una de las peores personas que he conocido en mi vida, pero lo descubrí después). El día que quedamos para preparar la misa fue amable y parecía interesado. Yo soy una persona creyente, por lo que la ceremonia tenía muchísimo significado para mí. Yo elegí todas las lecturas, porque tenían significado para mí o mi familia. Incluso la primera lectura iba a leerla yo, que es mi favorita del Antiguo Testamento. Todo parecía atado y preparado.
Nos casábamos a las 6 de la tarde, y el novio ya estaba en la catedral a las 5 y cuarto. Pues bien, yo llego a las 6 en punto (nos habían exigido que ni un minuto de retraso, que nos cerraban la puerta, y lo cumplimos a rajatabla). Imaginaros lo que es hacer todo el pasillo con tu padre, llegar hasta tu novio... y justo ahí te dan un toque en el hombro: el cabildo de la catedral diciéndote "Niña, que no tienes cura eh"(¿no se lo podían decir al novio antes, que llevaba tres cuartos de hora allí?). Se me cayó el mundo encima, no entendía nada. El cura no aparecía, le estaban venga a llamar y no cogía el teléfono. Empezamos a ponernos nerviosos, mi padre intentando arreglarlo, pero el cabildo se negaba a celebrar la ceremonia él, porque todos los papeles estaban a nombre del otro. Pasaban los minutos, y va el asqueroso (no tiene otro nombre) del sacristán y nos dice que a él le da igual, que a menos cuarto nos tenemos que largar que había otra boda a las 7 (ahí mi padre le metió una voz y le mandó a la mierda). Por fin, a las 6 y media aparece el cura. Todo digno, sube al púlpito y nos suelta "Se me había olvidado". En esos momentos yo ya estaba fatal, pero bueno, parecía que podíamos empezar y me serené. Pero entonces el cura empezó a destrozar la ceremonia. No se la había preparado, no tenía ni el papel que le dí con las lecturas, leía las que no eran (teníamos que interrumpirle a voces para que se dignara a leer las que yo había elegido). Me dio un ataque de ansiedad y no pude leer mi lectura. Y por supuesto la homilía no la dedicó a hablar de los novios, del amor o de nuestra nueva vida, sino que la usó para explicar que él era un hombre importante, que tenía mucho lío y que por eso se le había olvidado (mi propia hermana le dijo a voces que se callara de una vez, que no era su día sino el de los novios). Me estaba venga a lanzar indirectas de que tenía que perdonarle porque si no no era una buena cristiana (vamos, que era una cab... si no se lo perdonaba). Fue humillante. Termina la ceremonia (no nos dió la paz, ni la bendición, salió corriendo como un cobarde). Tengo que deciros que soy diabética, por lo que ante mi ataque de ansiedad tenía a media familia agobiada por si me daba un jamacuco. Finalmente salimos de la Iglesia, y cuando ya en la puerta por fin sonriendo (gracias al cariño de los nuestros, que nos arroparon en cuanto acabó) de nuevo el asqueroso del sacristán se me acerca y me suelta: "Niña, ¿ya se te pasó la rabieta?". ¿¿¿Rabieta??? ¿¿Un ataque de llanto desconsolado en mi boda?? ¿Cómo se puede ser tan mala persona? No sé ni cómo no le escupí.
Pero lo peor es que aquí no termina todo. Nos fuimos a la sesión de fotos (tengo que agradecer a nuestros fotógrafos Doblelente Boda, que nos hicieron encontrarnos genial y ayudaron a que se nos fuera pasando el mal trago) y posteriormente al banquete (también agradezco a Hostal San Marcos, el convite resultó genial, quedamos encantados con el trato, la comida...). Pero llega la fiesta y entonces la "actuación estelar" de un amigo de mi novio. Es una persona problemática, que tiene claramente un problema con la bebida, pero era un amigo de infancia, del grupo de siempre, y como a todos se le invitó.
Se pilló una borrachera importante, y su pareja (hoy ya mujer, porque un mes después se casaban ellos) no le paraba. Al lado de nuestro salón otros novios también estaban con su fiesta. Hay que decir que andaban mosqueados (se habían quejado porque su sala era más pequeña que la nuestra, y el hostal tuvo que explicarles que nosotros habíamos reservado primero). Pues al amigo este sólo se le ocurre pasar a su salón a provocarles, beber de su barra libre y... cogió un extintor y lo vació en su pista de baile!!! Salió corriendo, y su novia (muy lista ella) lo metió en un taxi y se largaron. Los de la otra boda, violentos, aparecieron en la nuestra a buscarle para pegarle, pero como no estaba... no sabéis la que se lió. Yo al principio no me enteraba (disfrutaba bailando, y la gente intentaba entretenerme para que no lo supiera) pero fue haciendose evidente. Imaginaros ver a tu hermana, tu cuñada tus tios, intentando dialogar con los otros, que estaban deseando partirnos la cara. Y para rematar el hostal tuvo que llamar a la policía por lo que se estaba liando. No sabéis lo que es, no me puedo quitar esa imagen de la cabeza. La policía en mi boda.
Mi novio y yo destrozados, yo reteniéndole para que no se acercara al follón (ya sólo faltaba que el novio se implicara). Y aquí mi hermana (ya veis que es muy resuelta) habló con un camarero para que nos sacara de allí. Tuvimos que irnos de nuestra propia boda por una puerta de atrás, por un pasillo de basuras.
Ni que decir tiene que no disfrutamos la habitación, media noche llorando y mi novio sin dormir. Al día siguiente ni pudimos desayunar, tuvimos que ir al despacho del hostal a aclarar lo que había pasado.
Os diré que posteriormente hablé por teléfono tanto como con el examigo de mi marido (mada narices, el se casaba un mes después, y no le importó destrozar mi boda, sabiendo todas las ilusiones que conlleva, creo que no se puede ser más egoísta) como con el asqueroso cura (que tampoco me ha pedido un perdón sincero, de hecho acabó diciéndome que era un poco culpa mía "por no haber sido más espabilada" y que me dejara de bobadas y me dedicara a mi marido y a mi casa).
Después de la luna de miel ha sido todo muy difícil. Creo que nadie se pone en mi lugar, me dicen que exagero y que lo supere ya. Pero yo tengo una tristeza que me invade... Creo que estoy cayendo en una depresión. Y he tenido que enfrentarme a desprecios de gente que creía grandes amigas (justo al volver del viaje tenía la despedida de soltera de una amiga, pero estaba tan mal que le dije que no podía ir, y me suelta "que tu boda haya sido una mierda no es excusa para que destroces la mía" (me lo dice una persona que no fue a mi despedida, sólo fue a la cena).
En fin, siento el rollo pero necesitaba contarlo. Sólo termino con un consejo: no invitéis a gente de la que no os fiaís. Un abrazo.