Bien el tema es complicado puesto que mi boda era para el día 14 de marzo, día en el que se decretó el estado de alarma. El jueves 12 cuando el presidente de la Junta de Andalucía compareció indicando el cierre de los centros educativos, cierre que me afectaba directamente por ser docente de secundaria, ya quedó todo claro y más cuando se hablaba ya ese mismo día en diferentes foros que el estado de alarma era inminente a nivel estatal. Ese jueves no dormimos, teníamos que echarlo todo atrás. Ese viernes tuve que tramitar papeles para renunciar a mi permiso de 15 días y llamar a todos los invitados. No fue un día fácil como podéis imaginar. Mi voz se quebraba en cada llamada.
El día comenzó tramitando la cancelación del permiso de boda, tras lo cual llamamos al Ayuntamiento de Sevilla, que nos indicó que no sabían si podían celebrarse bodas y que nos informarían a lo largo de ese día. Como comprenderéis con todos estos problemas no podíamos celebrar nada. Nos pusimos en contacto con la Hacienda La Jara sita en Dos Hermanas (Sevilla) indicándole que teníamos que aplazar la boda por los hechos que se estaban produciendo y que no podíamos permitirnos una concentración de personas, entre las cuales se encuentran muchas personas que entran en grupos de riesgo.
Desde le empresa se nos indica en un primer momento que nos cargarían un 20% por la premura del aplazamiento, que nos lo pensáramos, "que en su otro local se celebraba una boda y no pasaba nada". Le indicamos que bajo nuestra responsabilidad no podíamos permitirnos un más que probable contagio con las noticias que estaban llegando de contagios en otras celebraciones tanto en nuestro país como fuera de él. Hasta aquí no hubiera pasado nada, porque el 20% lo veíamos justo, pero posteriormente nos llaman para indicarnos que no, que se quedan con cerca del 40% del total y que les demos ya una fecha nueva. Ante la situación de pandemia que estábamos viviendo les dijimos que íbamos a esperar el curso de los acontecimientos puesto que temíamos que la normalidad tardaría en llegar y que no era el momento de elegir una fecha con tanta precipitación. Y hasta aquí lo que sabemos de la Hacienda La Jara. No se han vuelto a poner en contacto con nosotros, y por cierto, a día de hoy obra en su poder más del 40% del total del coste del banquete. El 16 de marzo les mandé un whatsapp del que no obtuve respuesta y esa es toda la información que tengo del proveedor del banquete. Nos sentimos engañados y ninguneados. No han tenido una pizca de empatía, puesto que los que nos hemos quedado sin boda somos nosotros, los que hemos invertido y perdido el dinero somos nosotros. Que ellos han perdido dinero, por supuesto, pero yo también y mucho. Que menos que responder a tus clientes, que menos que ponerte en contacto con ellos, aunque sea por correo electrónico. La falta de confianza ahora mismo es enorme, y aunque solventemos el problema económico, el gran problema es que no confío en ellos, no me merecen confianza y además, han provocado la desazón, desánimo y sentimiento de culpa en unos amigos que nos los recomendaron, los cuales se sienten mal (sin razón, puesto que ellos no tienen culpa de las decisiones empresariales de este tipo de proveedor) y responsables de un hecho incontrolable por ellos.
Que la pandemia nos ha pillado de improviso, que todo fue rápido: Sí. Pero como empresa me han decepcionado muchísimo y no sé lo que haremos, porque no podemos perder más dinero, pero no estoy contenta con el trato recibido por los responsables de esta empresa.
Saludos