Dos días después aún sigo alucinando. Lloré y reí a partes iguales, salté, grité, quemé la pista. Ver a todas las personas que quieres y que te quieren en el mismo lugar es impresionante, pero verlos disfrutar y dedicarte su cariño es aún mejor. Unos días antes de la boda le pregunté a mi ya *maridito* si todo este marrón de la boda merecía la pena, ayer me dijo que si, sin duda. Y es que casarse es fácil, pero celebrar una boda es complicado. Sin duda todo cambia cuando eres tú quien está en el centro de todo, y vivirlo desde aquí me ha hecho darme cuenta de muchas cosas. Sobre todo y lo más importante, es la actitud de la gente. Dan igual los glitter bars, Las horas locas, las lágrimas de la felicidad... lo importante es que la gente tenga ganas de disfrutar y que haya un muy buen equipo humano detrás de la organización. De momento me despido para arrancar la luna de miel en costa rica, pero seguro volveré con la crónica completa. Hasta entonces, mucho ánimo a las que ya estáis a punto. Disfrutad de cada nervio, de cada no puedo dormir, de cada subidón de adrenalina. Os dejo algunas fotos en primicia de la cámara de mi padre 😜
Y la última con mi maridito ❤️