Después de tener que aplazar dos veces y haber dejado de mirar cosas (porque ya lo tenemos casi todo preparado) me está volviendo la ilusión. Y es que aunque yo ya tenía unas preciosas cuñas blancas llevaba meses dándole vueltas a que no estaba convencida, que igual era mejor coger zapatos en vez de cuñas... que no me gustaba el blanco... y el miércoles fui de compras con una de mis mejores amigas. Entramos a Menbur solamente por mirar, me probé unos zapatos que le gustaron a ella y... ¡Me enamoré! Son comodísimos, y eso que yo nunca llevo tacón, por eso los quería con tacón anchito, y además llevan almohadilla por delante. Decidí aprovechar las rebajas porque se quedaban fenomenal de precio, Dudé si cogerlos azules o rosas pero ese azul tiene algo que no podía dejar escapar. Ahora estoy deseando llevarlos a la siguiente prueba del vestido y de vez en cuando los saco de la caja para verlos y tocarlos .
Además mi sorpresa fue que cuando ya los tenía decididos mi amiga me dijo que eran un regalo que me hacía ella y que le encantaba lo feliz que me hacían los zapatos... y ale, a llorar. ¡Ahora me parecen el doble de especiales! Y como no quiero enseñarselo a todo el mundo aunque me muero de ganas he venido a compartirlo con vosotras que sé que me entendéis.