Buenos días y feliz lunes!!
Después de 2 años como la eterna prometida (se me ha hecho eterno) ¡por fin llega nuestro día! El camino no ha sido fácil, en junio 2019 nos prometimos, y cuando empezamos a planificar todo la verdad que no imaginamos lo que pueden cambiar las cosas. De hecho tuvimos un inicio muy fácil, en julio 2019 teníamos lo más gordo cerrado, finca, fotógrafo, ceremoniante, incluso peluquera!! Y una fecha que nos parecía ideal, 3 de octubre de 2020.
Ay ilusos de nosotros que veíamos todo de color de rosa, sin los agobios que muchas personas nos decían que íbamos a tener...Y en enero de 2020 nos enteramos que nuestra finca cierra por desahucio y falta de licencia. Primer golpe duro. Recuerdo el disgusto cuando me enteré, llamé a mi padre diciendo que hablara con un amigo suyo abogado que les iba a desplumar, que no sabían con quién se habían metido. Todo esto llorando desconsoladamente. Luego ya me calmé y bueno, conseguimos que nos devolvieran la fianza y pagaran las invitaciones. En una semana teníamos nueva finca y os aseguro que el mejor regalo de bodas ha sido que nos pasara eso porque no podemos estar más felices con nuestra finca.
Una vez pasado este bache y volviendo a relajarnos, 7 meses antes de la boda llega el Estado de Alarma y confinamiento. Serán 15 días, decían, como mucho un mes y adiós virus. Y cada vez iba la cosa a peor, ya hablaban que la segunda ola vendría para septiembre-octubre y en mayo 2020 decidimos posponer a 2021 porque nuestra fecha inicial la veíamos peligrar. ¡Y menos mal que lo cambiamos! El día de nuestra "no boda" la pasamos los dos solos en nuestro municipio, confinados, cancelando los planes que teníamos para ese día porque no podríamos salir del barrio...
Y bueno, el camino hasta mayo 2021 ya sabéis como ha sido, altibajos de olas, esperanza por las vacunas, espera al fin del estado de alarma para ver las restricciones que tendremos... A todo esto, nuestra boda era de tarde y en abril tomamos la decisión de cambiarla a la mañana porque veíamos casi imposible hacerla de tarde, y no nos equivocamos.
Pero nada de esto nos paró, hemos seguido adelante con mucha ilusión, con el apoyo de nuestros invitados, con las ganas que tienen también de celebrarlo y de que llegue, de poder estar todos juntos, con las medidas de seguridad, pero celebrando la vida, el día a día, que ahora más que nunca debemos disfrutar de cada momento.
Y este sábado todo se acabará, llegará nuestro día, lo disfrutaremos mucho y sabremos que todo este camino ha merecido la pena. Pero voy a echar de menos preparar cosas, estar pendiente de qué podremos hacer, hablar con los invitados para informarles de cambios, etc. Llevamos tanto con ello que después de la boda voy a sentir que algo me falta.
Y aunque estas últimas semanas no he estado muy activa por aquí, mucho trabajo y después cerrar muchas cosas de la boda, volveré con las pilas cargadas después del viaje para contaros a todos, sobre todo a los futuros novios, cómo nos fue y deciros que sí se puede. Y echaros una mano con las dudas que surjan, que a veces son muchas, sobre la situación inusual que tenemos.
Y nada, vaya tostón que os he soltado!! Me apetecía escribiros porque para mí este último año la comunidad ha sido un refugio donde más gente como nosotros compartía sus inquietudes, nos ayudábamos entre todos, y aunque ha habido momentos de tensión, sobre todo cuando las olas subían, en general teneros ha sido un gran apoyo y una gran ayuda.
Que tengáis un buen día y aunque esta semana no me veáis mucho, os leo en la sobra! jajaja.