Mi boda 🥹 Resaca emocional 🥹 Parte Ii: Cóctel, comida y barra libre

El camino hasta el pazo fue muy ameno, íbamos charlando del trabajo de mi marido y mi cuñado, que comparten profesión, y cuando quise darme cuenta ya habíamos llegado, incluso antes que la mayoría de los invitados.
Así que decidimos que era un momento perfecto para hacer unas fotos en el bosque de la zona trasera del pazo, 15/20 min a lo sumo tardamos. De nuevo fotógrafo y videógrafa (Parhelia, en proveedores) estuvieron impecables, estuvimos súper tranquilos porque oíamos la música del cóctel de fondo y hablando sobre estilos musicales mientras hacíamos las fotos. Fue un ratito muy ameno y nos hicieron sentir súper cómodos, y eso que nosotros no habíamos hecho preboda, pero vaya que al parecer no nos hizo ni falta (en nuestro caso en particular).
La entrada al cóctel la hicimos tranquila con los gaiteros tocando y los invitados aplaudiendo. Al haber tenido tantas bajas (nos falló el 50% de la gente) pudimos tener más tiempo para disfrutar con los que sí vinieron, cosa que agradecí porque me apetecía estar en todos los sitios a la vez. Había 10 aperitivos y yo veía que desaparecían de las mesas súper rápido, con lo que me quedé tranquila porque era señal de que a la gente les estaba gustando. El maitre dio la orden de que los invitados fueran pasando al salón y yo aproveché este momento para cambiarme de zapatos, no por dolor sino porque mi tacón era fino, mi vestido de tul y después del chasquido que oí antes de la ceremonia se me estaba enganchando todo el rato en el tacón y rompió parte de la primera capa de tul. Por cierto, el velo lo quité según acabamos las fotos porque velo doble de tul, en un bosque, os podéis imaginar cómo acabó…😂😂 El seating plan al final fue de un mapa del metro de Madrid pero bonito, donde aparecen los principales monumentos y zonas a visitar de la ciudad, y cada mesa tenía una parada que tenía que ver con las personas que se sentaban en ella.


Hicimos la entrada al salón al ritmo de Guns N’Roses con su mítico Sweet Child O’mine y todos los invitados dándolo todo con el servicóptero, nosotros saltando de alegría con ese temazo… fue un momento increíble. Después nos dieron dos copas de espumoso para brindar y ya comenzaba la comida. Era un menú contundente, como no puede ser de otra manera en Galicia. Colgué por aquí hace tiempo el que elegimos tras la prueba pero al final cambiamos el entrante y el pescado por algo que creímos que quedaría mejor en boda de mañana. Tuvimos:- Surtido de marisco: cigalas, langostinos a la plancha, nécoras y buey de mar.- Merluza al albariño con setas y gambas y patata cocida.- Sorbete de limón al cava.- Jarrete de ternera con canutillos de setas y foie y patata panadera.- Naked de queso con dulce de leche, nuez y helado de vainilla.
Probé todos los platos pero me sentía muy llena así que aprovechábamos y nos levantábamos a saludar a las mesas y comprobar que los alérgicos tenían lo que correspondía, si estaban comiendo bien o sí necesitaban algo. Ya antes de llegar la carne casi todos nos dijeron que no podían más, que estaba siendo increíble la comida, en cantidad y en calidad, y de verdad que veía los platos y cómo la gente comía y sé que lo decían con sinceridad, así que súper contentos tanto con el pazo (Pazo de Treilán, en proveedores) como con su equipo de cocina (Josmaga, en proveedores).
A las 18:00 teníamos una sorpresa para los más peques, habíamos contratado animación para ellos (Maylandia, en proveedores) y entró una de las animadoras con un disfraz de Minnie súper realista, bailando y con canciones míticas de Disney (quiero ser como tú, bajo el mar, hakuna matata) y los 5 niños que llevábamos se quedaron alucinando. Las chicas se los llevaron al salón de arriba donde hincharon globos, pintacaras, jugaron con la pelota, pintaron un paracaídas… vamos que se lo pasaron bomba.
Durante el postre, mi suegra nos sorprendió cogiendo el micrófono y sacando un folio donde tenía un discurso muy emotivo que nos hizo llorar a los dos, porque había tanto sentimiento en él y no lo esperábamos que nos rompimos un poquito más.
Sobre las 20:00 o 20:30 (no llevaba reloj ni móvil ni me interesaba la hora) hicimos nuestro baile nupcial. Después de pensar en mil canciones, la semana de antes de la boda me volví loca y cogí para el baile la que había escogido de primeras para mi entrada: Can’t help falling in love de Elvis. Los chicos de Eventec (en proveedores) pusieron el volumen adecuado y dos fuentes de fuego frio detrás nuestra y se hizo la magia. No habíamos ensayado la canción ni una sola vez, pero habíamos acordado que cuando acabase el fuego frío (60”) sacaríamos cada uno a nuestro padrino/madrina a bailar. Fue un momento muy emotivo porque creo que no se lo esperaban. Y yo, que me sé esta canción al dedillo, cuando vi que quedaban apenas dos estrofas, me acerqué a mi marido para acabar el baile junto a él, con un beso de película de los que te tumbas hacia atrás. Y ya ahí, comenzó la barra libre, con temazos de ahora y de siempre, lo mismo sonaba Quevedo que Barbie Girl. La gente lo dio todo, bebieron y se lo pasaron en grande. Tuvimos también un detalle ya que nosotros, no siendo fumadores, pusimos mesa de tabaco y de puros porque el pazo está bastante alejado de cualquier tienda o gasolinera y no queríamos que nadie tuviera que irse a comprar si se quedaba sin. A las 2 am pusimos fin a casi 14 horas de boda. Nosotros, que dormíamos en la habitación que tiene el pazo, acompañamos a los invitados que se quedaron hasta el fin de fiesta al aparcamiento donde les esperaban los dos autobuses, cada uno a un lugar distinto de la provincia. Por fin podíamos ponernos cómodos, desmaquillarnos y demás, que falta nos hacía. He dormido nada y menos porque tenía mucho cansancio en las piernas y porque las emociones de todo el día volvieron a aparecer y estaba tan feliz y emocionada que reía y lloraba a partes iguales. Hoy sigo en esa nube, mientras recogíamos las cosas, se me saltaban las lágrimas pensando en lo rápido que pasó, y eso que yo disfruté de cada minuto de mi boda como si se me fuera a escapar entre los dedos.
CONSEJOS:- Cuando lleguéis al cóctel, bebed primero agua antes que vino/cerveza/alcohol en general. Yo tenía tanta sed que me bebí una copa de vino blanco del tirón y luego cuando iba por la segunda noté que empezaba a achisparme, y una amiga me trajo agua.
- Probad lo que más os llame del cóctel. Seguro que está todo buenísimo pero corréis el riesgo de hincharos y luego que el menú os cueste más comerlo (o incluso probarlo) y, al menos en nuestro caso, la presentación la hacían en la mesa nupcial y queda feo no probar tu propio menú de boda 😂
- Si podéis, comer con agua. Vais a tener tiempo luego de beber alcohol durante la barra libre, pero así os sentiréis menos hinchados durante el resto del día.
- Si os lo podéis permitir, pasead entre las mesas y charlad con los invitados. Yo como invitada agradezco que los novios tengan ese ratito para preocuparse de cómo vamos y por supuesto yo pensaba hacer lo mismo.
- Nosotros acabamos dejando los regalos encima de la mesa el día anterior y creo que fue un acierto porque habríamos “perdido tiempo” de disfrutar de ellos, de fiesta y demás.
- Durante el baile, solo ojos a vuestra pareja. Es vuestro momento, disfrutadlo y fuera nervios. Nadie sabe si os equivocáis, si habéis ensayado ni nada. Relax.
- Combinad alcohol y agua durante la barra libre, os subirá menos, os iréis hidratando y llegaréis mejor al final de la fiesta.
Y sobre todo, DISFRUTAD. Es vuestro día, es cierto que se pasa volando, es verdad que luego estás como en una nube pensando en si todo lo vivido fue real y luego te da mucha, pero mucha pena que se haya acabado tan rápido.
Espero que os haya gustado mi boda y deseo que disfrutéis de las vuestras tanto como yo disfruté ayer de la mía.