¡Buenas! Vengo a compartir una experiencia personal, por si os sirve a las que estéis buscando.
A ver vestidos de novia siempre se suele ir con acompañantes, y yo
he ido con mi mejor amiga y mi hermana a todas las tiendas... menos una vez. Y os
cuento esto porque ¡fue esa la vez en la que más me aclaré las ideas! Por supuesto,
luego tuve que volver con una de ellas a esa misma tienda… pero la experiencia
de probarme vestidos yo sola conmigo misma, imaginándome mi boda, fue perfecta.
Fue un momento de intimidad, de estar yo a solas con los vestidos un rato en el
probador, de tomar conciencia de que ¡me caso! Así que lo recojo por aquí, porque
aunque sea algo “poco convencional”, creo que sirve para parar un poco en medio
de toda esta vorágine de preparación de la boda, y hace de la elección del
vestido un momento muy especial y personal. Ya digo, que en cuanto sali y le dije a la chica “dame
otra cita para volver con mis acompañantes”. Una cosa no quita la otra. Pero ese momento…lo guardo con
mucho cariño. Una experiencia muy recomendable.
¿Y vosotras? ¿Habéis ido solas a probaros vestidos algún día?