Hoy vengo a contaros mi terrible experiencia con Raquel Zapatos. Parece que últimamente están teniendo malos comentarios, sobre todo para compras online. Me uno a ellos pero, en mi caso, la atención fue presencial.
El 21 de mayo de 2022 (10 meses antes de mi boda) acudí con mi prometido y dos amigos a la tienda de Raquel Zapatos de Baena a comprar mis zapatos. Los encargué personalizados, le indiqué claramente a la chica que me atendió que quería los mismos que me probé (modelo Florencia con tacón recto de 11cm) pero con la parte delantera anudada (correspondiente al modelo Nicole), y así lo entendimos todos los que allí estábamos presentes. Supuestamente, los zapatos estarían disponibles para mi prueba de vestido, que tal y como les indiqué, era el 28 de octubre. Llegada dicha fecha, los zapatos no están listos y desde la tienda me indican que no hay problema en enviarme unos de la misma altura que tendrán los míos (me mandaron unos de 11cm).
El 2 de noviembre llegan los zapatos y, tras abrir la caja, descubro que no son los que encargué, ya que habían anotado en la hoja de pedido que se trataba del modelo Nicole de 10cm y sin especificar el tipo de tacón. Por tanto, avisé del error, entendí que podía haber existido un malentendido a la hora de hacer el encargo, a pesar de que, recalco, las cuatro personas que estábamos allí presentes no lo entendimos así. Con esta situación, el día 7 de noviembre decido desplazarme de nuevo hasta Baena, desde Granada, donde resido, para intentar encontrar una solución. Una vez allí, le comento a la dependienta mi caso, la cual me indica que no existe ningún tipo de problema en realizar la modificación de tacón, poniendo el recto de 11cm de altura. Además, tras referirle que no llego a sentirme cómoda en la parte delantera, me ofrece como solución meterlos en la horma para que den un poco de sí. Si me hubiese indicado que no era posible arreglarlos, en ese mismo momento hubiese pedido su devolución, pero como me indicó que se podía modificar, les di una segunda oportunidad.
El problema continúa cuando me llegan los zapatos modificados el 4 de enero. Esta vez, el tacón sí era el recto, pero volvía a medir 10cm en lugar de 11. Me los pruebo 2 minutos en casa para corroborar que sigo sin sentirme cómoda con ellos. Tras reflexionar sobre el hecho de haber pagado 199€ por unos “zapatos personalizados” que realmente no lo son, me vuelvo a poner en contacto con la tienda para solicitar la devolución, ya que, a 2 meses de la boda, no quería seguir arriesgándome a que vuelvan a hacerlos mal. Aunque no me entregaron el pedido que solicité y podía haber solicitado la devolución del dinero, por intentar zanjar este tema, me conformé con un vale por el valor de los zapatos. Me indicaron que sí me darían dicho vale pero que me tenía que hacer yo cargo del envío, ya que “el zapato no tiene defecto, es como lo encargué (haciendo referencia a la primera equivocación en tienda) y ya me han hecho varios envíos”. Por tanto, me comunico por Whatsapp con otra persona, quien comprendió la situación y envió al mensajero, sin coste para mí, para recoger los zapatos.
Totalmente decepcionada con la situación, lo único que quería era perder de vista los malditos zapatos por lo que los guardé en su caja y los dejé en un rincón hasta que llegó el repartidor a recogerlos el día 10 de enero, a quien se los entregué tal y como me llegaron.
Cuál es mi sorpresa cuando recibo un Whatsapp de la tienda el día 13 de enero, culpándome de haber entregado los zapatos “en muy mal estado, con el ante muy manchado y desgastado y la suela con muchos rozones y rallones, aunque se ve que he intentado limpiar la suela”, palabras textuales.
Por esa razón, alegan que pierdo el derecho del vale canjeable y tengo que mandar a la agencia de reparto para que me los envíen a casa. Contesté que esas acusaciones son falsas, ya que yo no usé los zapatos y tengo la conciencia súper tranquila por ello.
Ante mi defensa, me indicaron que ellos no habían cometido ningún error, ya que yo desde el primer momento los pedí así (que la chica de la tienda lo apuntara mal parece que también es culpa mía). También me comentaron que ellos no pueden cambiar el tacón porque no me guste, que si quería un tacón de una altura superior tenía que haberlo indicado desde el primer momento y que por dicha vía ya no me pueden ayudar más. La solución que me ofrece es contactar con la encargada.
Esta última llamada fue la gota que colmó el vaso. La conversación, la cual está grabada consentidamente, se resume en un monólogo de 7 minutos en los que la encargada se asegura, reiteradamente, de dejar bien claro que yo he usado los zapatos y que tienen como prueba de ello las fotografías que me han enviado. Bajo mi punto de vista, dichas fotografías lo único que demuestran es el estado actual de los zapatos, que fácilmente han podido ser manipulados de forma posterior al envío, y no que se hayan enviado en ese estado. Por otro lado, insistía en que ellos son una empresa muy profesional con 25 o 30 años de experiencia en los que la única queja que han podido tener es en referencia a los plazos de entrega de sus encargos. También me indica que puedo mandar a recoger los zapatos y que también me cobrarán los gastos del envío anterior.
Ante toda esta situación se me plantean una serie de preguntas. Si estoy encargando unos zapatos para mi boda el 11 de marzo de 2023, qué sentido tendría usarlos con antelación? Es más, qué sentido tendría usar unos zapatos, pretender devolverlos y salir airoso? Qué necesidad tengo de usar unos zapatos, con los que ni siquiera me siento cómoda si mi intención es devolverlos? Para qué me voy a tomar la molestia de dar 2 viajes a Baena, 418km en total, para usarlos y devolverlos? Me cuesta más la gasolina y las dos mañanas de trabajo perdido, tanto mío como de mi prometido, que lo que valen los zapatos….No parece tener mucho sentido, como toda esta situación en definitiva.
Así que me he visto a menos de dos meses de la boda sin zapatos por culpa de su incompetencia, con el estrés que esto genera, y encima con acusaciones falsas.
Por ello decidí presentarme de nuevo en la tienda para poner una reclamación. La dependienta me la facilitó sin problema pero llegado el momento de rellenar su parte, al no estar presente la encargada, la chica no quería cumplimentarla ya que tampoco conocía la situación al completo. Llamó a la encargada pero se encontraba en Córdoba y le venía mal que hubiera ido ese día, decía que ella no estaba y que me pasara otro día que a ella le viniera bien. Al negarme, me ofrece la posibilidad de dejar allí la reclamación rellena para que ella pueda completarla y pase otro día a recogerla, surrealista. Finalmente acceden a rellenarla, pero pasados 10 días aún no he obtenido respuesta por lo que he presentado la queja a consumo. Animo a que todas las que se encuentren en una situación similar también lo hagan, ya que imagino que esta puede ser la única manera de que se lleve a cabo algún tipo de investigación o similar.
Seguramente no consiga que me devuelvan el dinero pero espero ayudar a otras novias a que no tengan que pasar por esta situación.