Hola comunidad
Me casé el 16 de octubre. Y todo salió fenomenal. Nos han felicitado por la boda. Fue emotiva, divertida, la comida estaba muy buena, todo bien organizado...
Pero ahí está mi carácter obsesivo para ensombrecer lo maravilloso que fue todo.
Durante la boda fui muy feliz, pero no me lo pasé como si huera sido un invitado. Tuve un momento de agobio repartiendo los regalos y me mareé un poco, y tuvimos que subir a la habitación del hotel para que me tumbara 5 minutos. El resto estuve más o menos bien, pero en todo momento en un estado de irrealidad. Supongo que esto le pasa a todos. Pero mis exigencias emocionales conmigo mismo son altas, y es como si me hubiera obligado a mí mismo a estar completamente estupendo durante todo el día de la boda. Esto ya lo estoy superando, y cuando pienso en la boda lo que me está llegando es felicidad y mucho amor.
Pero ahora tengo otro trabajo, al haberme llegado las fotos del fotógrafo. Mi mente no para sacar pegas: Que si se me ve el botón de la camisa debajo del corbatín, que si en esta foto estoy despeinado, que si me falta esta foto, que si a mi marido se le ve el reloj Xaomi (que sigo sin entender que se pusiera ese reloj el día de la boda con lo feo que es. Querría contar los pasos que iba a dar el día de la boda, no sé), que si a mi marido se le ve una mancha de maquillaje en la chaqueta (hubo mujeres que le plantaron la cara en el traje cuando lo abrazaron)
El caso es que he tenido que dejar de ver las fotos de la boda, y voy a dejar pasar un tiempo. Y miedo me da cuando me llegue el vídeo.
Llevo tiempo trabajándome lo hipnotizante que es para mí los pequeños detalles negativos. Pero quería compartir esto que me está pasando con la boda y leeros por si os pasa lo mismo. Y qué hacéis para contemplar las fotos y el vídeo solo atendiendo a la felicidad y amor de ese día